-¿Cómo explica el alto alcance mediático de la obesidad durante los últimos años, en los que tuvo programas y concursos exclusivos del tema?
-Es un tema que preocupa a la sociedad porque afecta y amenaza a todos sus miembros. No respeta edad ni clase social, por lo que se ha convertido en una preocupación familiar. Al afectar a niños cada vez en edad más temprana amenaza con enfermarlos en la adolescencia con padecimientos hasta el momento sólo de adultos, como la diabetes. Gran parte de la población comparte la problemática alimentaria que afecta a los obesos y eso genera interés y audiencia para los programas que se ocupan del tema. Es importante seleccionar programas con calidad científica porque en ocasiones predomina el interés comercial. Las autoridades deberían regular la oferta de tratamientos por internet que atentan contra los principios del ejercicio de la profesión.
-Se calcula que una cuarta parte de los 300 millones de obesos del mundo reside en EE.UU. ¿Cuántos hay en Argentina?
-Sobre la base de la población y los datos disponibles podría estimarse en unos 6 millones, pero muchos más tienen exceso de peso sin alcanzar la categoría de obesidad. La oferta de calorías vacías provistas por alimentos concentrados en energía, de bajo precio, permite una mayor disponibilidad alimentaria a todas las clases sociales. Algunos los consumen por su bajo precio y otros por su poder adictivo. La industrialización de los nutrientes no sólo ha reducido su precio sino también ha facilitado su transporte, manipulación y disponibilidad. Los efectos están a la vista.
-¿Qué estadísticas hay en la Argentina?
-Los datos propios son de la Ciudad de Buenos Aires y corresponden a una encuesta sobre población adulta. En 1999 había un 28% de mujeres con sobrepeso y 11% con obesidad. Para los varones los valores fueron de 43 y 12%, respectivamente. Las estadísticas nacionales actuales de que disponemos son sobre mujeres de 15 a 49 años, publicadas por el Ministerio de Salud en el 2006. Las mujeres argentinas, como conjunto, están pisando el límite entre el peso normal y el sobrepeso; su índice de masa corporal es 25, que marca el límite inferior de lo que se considera sobrepeso. Algo más de un 30% de las mujeres en edad fértil ya tiene exceso de peso y eso es un mal punto de comienzo para la tercera parte de los embarazos que se producirán en Argentina.
-¿La gordura es, además de todo y como sostienen algunos especialistas estadounidenses, un problema económico para un país? En EE. UU. genera gastos sanitarios por 61 millones de euros. ¿Qué ocurre en la Argentina?
-No tenemos datos nacionales. En los países del Primer Mundo los gastos directos e indirectos pueden oscilar entre un 5 a 10% del presupuesto de salud.
-¿Se puede ser gordo y feliz?
-Sí, claro. La felicidad es posible con independencia del aspecto. A veces, la gordura justifica una infelicidad de origen desconocido. Una mujer que consultó por obesidad decía: "Me siento triste y deprimida porque me veo gorda y fea". Después de perder el exceso de peso dijo: "Me siento deprimida y triste y ahora no sé por qué".
-Para la escritora Marilyn Wann, que pesa 129 kilos y es autora de "¡Gorda! ¿Y qué?", decir "sobrepeso" tiene connotaciones negativas y de prejuicio. ¿Qué piensa?
-En general, es así. En la sociedad contemporánea la corpulencia en general y la femenina en particular no es vista como un atributo. Las ventajas que podrían adjudicársele son innecesarias y hasta inconvenientes para las condiciones de vida que impone nuestra cultura. Numerosos estudios demuestran que los obesos están en desventaja para acceder a trabajos, que perciben salarios más bajos y hasta son considerados como descuidados.
-La misma escritora cree que la mala imagen de los gordos (a los que considera se los discrimina) en América es equiparable al racismo y a la homofobia.
-No tengo datos ni formación para opinar sobre un tema de semejante complejidad. Sin embargo debería distinguirse discriminar de seleccionar. Discriminación se refiere a la pérdida de derechos y corresponde a la esfera de lo público y legal. Seleccionar tiene otra connotación. Es de índole privada y no cercena derechos. Por ejemplo, elegir una recepcionista esbelta para un instituto de estética o un gimnasio no es discriminar sino simplemente elegir en función de algo.
-Linda Bacon, profesora en el City College de San Francisco y doctora en Fisiología, autora de "Salud en todas las tallas", asegura que es posible estar perfectamente saludable en cualquier tamaño. A su vez, hizo experimentos con 79 mujeres; las que hicieron dieta bajaron de peso pero empeoraron sus indicadores médicos (colesterol, azúcar, presión sanguínea). ¿Es conveniente hacer ejercicio o un régimen estricto?
-La afirmación es absolutamente posible. Se puede estar saludable en cualquier tamaño. Respecto a que empeoraron por la pérdida de peso no estaría tan convencido. Tendríamos que saber más sobre esas mujeres: si eran o no obesas, conocer su edad, antecedentes... Por eso sólo un profesional entrenado puede determinar quiénes son sensibles y quiénes resistentes a los efectos de la sobrealimentación y del sobrepeso. También para detectar a los que los especialistas denominamos "obesos de peso normal", que son personas de peso normal que tienen un exceso de grasa que puede producirles riesgos comparables a los de un obeso de peso elevado.
-¿Qué rol tiene el ejercicio?
-El ejercicio es una buena estrategia para conseguir "salud metabólica", que suele estar afectada en los obesos y que es invisible a los sentidos. No es tan eficaz para producir pérdida de peso, que depende más de la alimentación que del nivel de actividad. La severidad de un régimen debe ser determinada según la situación individual de la persona. Nosotros preferimos reemplazar el modelo alimentario que lo ha engordado por otro compuesto por alimentos "saludables" con alto contenido en agua y de bajo poder adictivo. Algunos lo llaman dieta paleolítica o dieta de las cavernas, para identificarlo con los alimentos de las primeras etapas de la humanidad. En la Saota estamos aplicando esta estrategia con buena respuesta.
-Bacon incluso contradice a la ciencia en general. Repasa diversos experimentos científicos que demuestran que, en contra de lo que se piensa, el sobrepeso no es un factor decisivo en la diabetes, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares.
-No hay factores decisivos en estas enfermedades y no estoy seguro de si es importante plantear la cuestión como una contradicción. Hay diabéticos, hipertensos y enfermos cardiovasculares delgados, normales y excedidos de peso. Pero la mayoría o bien presenta exceso de peso o su afección se corrige notablemente con el adelgazamiento. Todos tienen un componente genético, hereditario, que es imprescindible para que se desarrolle la enfermedad, pero que en general no es suficiente para producirla. Los elementos disparadores suelen ser el exceso de alimentación y el exceso de peso y por eso aparentan ser los más importantes. Además son los más accesibles para modificar.
Al frente de Saota
Julio Montero es médico nutricionista y presidente de la Sociedad Argentina de Obesidad y Trastornos Alimentarios (Saota), una organización científica sin fines de lucro que nació en 1975 y recibió el nombre de Asociación Argentina de Obesidad (AAO), hasta que en l990 adquirió su actual denominación.
Saota es fundadora de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad (IASO) y de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obesidad (Flaso) e integrante de la Asociación Médica Argentina (AMA).
Entre sus actividades se destacan el desarrollo de una Escuela de Posgrado para profesionales que funciona desde 1992 en la AMA y la organización de jornadas nacionales, congresos nacionales, jornadas rioplatenses, congreso latinoamericano y del satélite realizado en Buenos Aires del Congreso Mundial celebrado en São Paulo (Brasil) en el 2002.
Montero fue vicepresidente por América Latina en la Int Association for Study of Obesity (2004-2006) y presidente de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obesidad (Flaso, 1999-2002). Más información: www.saota.org.ar
JUAN IGNACIO PEREYRA
pereyrajuanignacio@gmail.com