Domingo 03 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 56 > Contratapa
Murió el reconocido Alberto Lysy
El destacado violinista fue el cofundador de la Camerata Bariloche.

En Suiza y a los 74 años murió el jueves el destacado músico argentino Alberto Lysy, de reconocida trayectoria internacional y cofundador de la Camerata Bariloche.

Con la Camerata recorrió el mundo representando a la Argentina y en 1971 dejó este conjunto para fundar, junto a otros artistas argentinos y extranjeros, la Camerata Lysy, agrupación con la que ha recogido sus más grandes éxitos.

Nacido en Buenos Aires, a la edad de cinco años comenzó sus estudios de violín bajo la dirección de su padre, para continuarlos más tarde con el maestro Ljerko Spiller. A los diecisiete años, tras haber ganado importantes premios nacionales, partió rumbo a Europa.

En 1955 fue laureado en el Concurso Internacional Reina Elisabeth de Bruselas, siendo la primera vez que un artista argentino obtenía ese galardón. Allí conoció a Yehudi Menuhin, miembro del jurado junto con David Oistrakh, Zino Francescatti y otros grandes violinistas. Menuhin se Convirtió en su maestro y mentor en el mundo musical europeo, y desde entonces el nombre de Alberto Lysy comenzó a ser ampliamente considerado en diversos países.

Lysy ha participó en los principales festivales europeos junto con músicos de la talla de Benjamin Britten, Peter Pears, Pablo Casals, Gaspar Cassadó, el propio Menuhin y Nadia Boulanger. Como solista tocó bajo la dirección de Pierre Boulez, Colin Davis, Adrian Boult e Igor Markevitch, y con orquestas como la Filarmónica de Nueva York, la Sinfónica Nacional de Washington, la Sinfónica de Londres, la Filarmónica de Londres, la RAI de Roma y la Filarmónica de Amsterdam. Actuó en el Concertgebouw de Amsterdam, el Queen Elizabeth Hall de Londres y el Victoria Hall de Ginebra, habiendo realizado extensas giras por los Estados Unidos, la ex Unión Soviética, China, Japón, el extremo Oriente y Copenhague.

Ha recibido a lo largo de su carrera el reconocimiento de numerosos monarcas, gobiernos y sociedades musicales.

La docencia musical y del violín fue una de sus pasiones: "La enseñanza es una obligación. Mucha gente fue muy generosa conmigo y no veo la razón por la cual yo no podría hacer lo mismo. Lo que más me gusta es seguir dándole a otras generaciones todo lo que yo aprendí", solía decir.

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