Domingo 03 de Enero de 2010 Edicion impresa pag. 12 > Regionales
Defensa de la institucionalidad

NEUQUÉN (AN).- Para la vicegobernadora Ana Pechen la presidenta de la República carga con el peso de ser mujer, una condición que los hombres aún no aceptan en su presidente. Pero no ahorró elogios al momento de opinar de Cristina Fernández de Kirchner.

- ¿Conocía de antes a Cristina?

- Sí, antes de que Néstor Kirchner fuera presidente. Es una persona muy inteligente. Todavía la Argentina , y esto no le gustará a muchos, pese a tener muchas ventajas respecto del resto de Latinoamérica, le hace pagar a una mujer ser presidenta. Hay un dejo de machismo todavía en la sociedad que la repudia. El protagonismo de su esposo más de una vez le resta la lucidez que ella tiene. Bueno, pero eso nos pasa generalmente a las mujeres en la política.

- ¿Subestiman su capacidad?

- No hay una actitud igualitaria todavía como lo puede ser en algún país europeo o nórdico, donde hay otra identidad de la mujer. Nosotros estamos empezando? ¡Todavía hay ley de cupo!

- Le tocó afrontar un momento difícil no sólo por la crisis internacional.

- En lo económico, por ejemplo. Pero es una mujer inteligente, capaz, preparada y que ha tenido que enfrentarse a presiones que existen en el país. Eso viene de la época de la gestación de nuestro país. Se ha vivido mucho tiempo con una baja cultura de la legalidad, donde es más importante ser amigo del poder, que tener una cobertura legal e igualitaria para todos los ciudadanos. Y eso lo estamos pagando todos, la presidenta, los argentinos como ciudadanos. A nivel nacional hay que encontrar algunos acuerdos mínimos en temas centrales, que perfilen a una Argentina que se pueda integrar en el mundo en un nivel de cultura de la legalidad y el respeto mucho más sólido.

- Institucionalidad.

- Soy fuertemente institucionalista. Por eso me produce mucha desazón cuando uno no se respetan las instituciones.

- Hay una sociedad en conflicto.

- Es la disputa entre los poderes. El tema de la inseguridad pasa de la mano dura a lo garantista, pero no hay nada en el medio que nos permita avanzar a lo central del problema.

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