NEUQUÉN (AN).- Los desacostumbrados caudales para esta época del año, son el principal motivo para la cantidad de rescates que ya realizaron los bañeros ubicados en los balnearios sobre el río Limay. Desde el primero de diciembre, ya hubo más de un centenar de personas auxiliadas. Y buena parte de ellas corrió un alto riesgo.
Así lo informó el director municipal de Defensa Civil, Gabriel Rambado, en diálogo con "Río Negro". Señaló que "la falta de costumbre sobre el caudal que trae el río en los balnearios, está jugando una mala pasada" a los veraneantes que buscan un poco de alivio para temperaturas elevadas que comienzan a presentarse.
Mientras "lo usual para esta época es un volumen de agua de unos 400 metros cúbicos por segundo, está viniendo con 570".
La estadística sobre los rescates da cuenta de la situación que comenzó a darse desde el primero de diciembre, momento en que los 80 guardavidas se plantaron frente a las costas del río que atraviesa la capital provincial.
Para dar un pantallazo de la situación de todos los días, los datos indican que tan sólo durante el primer día del año, en tres balnearios hubo 46 personas que debieron ser asistidas. Afortunadamente no hubo ahogados, según informó Rambado.
Añadió que en el balneario ubicado al final de calle Gatica, hubo 14 personas auxiliadas, en el municipal, 7, en el Río Grande, otros 12, mientras que en el ubicado en calle Figueroa, unos 13.
La otra situación que preocupa al organismo municipal es la cantidad de personas que debieron recibir asistencia de un médico por cortes con vidrios producto de botellas arrojadas en las costas de la capital provincial. Unos 22 bañistas fueron atendidos por algún tipo de corte, mientras se estaban bañando, el viernes pasado, dijo Rambado.
En este contexto, el funcionario municipal sostuvo que "la gente no tiene conciencia de la fuerza con que está viniendo el río", y recomendó que los bañistas "ingresen al río en los tramos permitidos, en los horarios y ubicaciones permitidas, donde haya guardavidas que en caso de urgencia puedan llegar a auxiliarlos".
La cifra de víctimas fatales en la provincia asciende a cuatro: dos de ellos en la capital, uno en Villa Traful y una mujer, de Senillosa.