BRASIL.- Socorristas brasileños continuaban ayer buscando víctimas de un alud que dejó decenas de muertos tras arrasar el viernes pasado con parte de una posada de lujo y varias casas en Ilha Grande, en el sur del Estado de Río de Janeiro. Las autoridades no descartan la posibilidad de nuevos deslizamientos derivados de las intensas lluvias en esa zona y en el lugar se trabaja contrarreloj, por la cantidad de personas que aún figuran como desaparecidas.
El municipio de Angra contabilizaba ayer un total de 39 fallecidos y se estimaba que varias decenas de personas más podrían estar sepultadas bajo un manto de tierra, piedras y árboles arrancados de raíz. Del primer alud se hallaron 26 cuerpos de víctimas mientras que otros 13 fueron ubicados en el centro de la ciudad de Angra dos Reis, tras otro deslizamiento que enterró varias casas.
La tragedia se desencadenó cuando la ladera de uno de los cerros que rodean la playa de Bananal se desprendió completamente en la madrugada del viernes, enterrando parte de la posada de lujo "Sankay", donde había unos 40 huéspedes y empleados. Varias casas también fueron arrasadas.
Unas 60 personas fueron puestas a resguardo en un barco durante la madrugada del alud y ayer un centenar de rescatistas trabajaba en el lugar. El operativo está a cargo del cuerpo de Bomberos y de las autoridades de Defensa Civil, con ayuda de perros rastreadores. Pese a los esfuerzos, se sabe que a medida que pasan las horas las posibilidades de rescatar personas con vida van disminuyendo.
Las fuertes lluvias que desde el miércoles se registran sobre el Estado de Río ya causaron en total unos 60 muertos por aludes e inundaciones. (AFP)