BUENOS AIRES (DPA) - Las palabras son un arma poderosa, y si están acompañadas de música, mucho más. En los últimos años, los músicos parecen haber tomado conciencia de esto y se suman a luchas políticas y sociales. No por nada, el concierto "Paz Sin Fronteras" organizado por el cantante colombiano Juanes, que reunió a más de un millón de personas en la Plaza de la Revolución de La Habana en septiembre de 2009, había desatado tal resistencia entre el exilio cubano que el mismo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, salió a decir que el espectáculo "no perjudicaba" las relaciones entre su país y Cuba.
"La política separa y el arte une", afirmó horas después de la presentación el colombiano, que estuvo acompañado sobre el escenario por los españoles Miguel Bosé, Víctor Manuel y Luis Eduardo Aute y los cubanos Van Van, Silvio Rodríguez y Orishas, entre otros, "para "promover la paz y el entendimiento entre los pueblos".
La pequeña ciudad colombiana de Leticia fue testigo de un "Gran Concierto nacional", en el que actuaron artistas como Shakira y su compatriota Carlos Vives para pedir por la liberación de las personas secuestradas. La cita tuvo tres invitados de alto rango: los presidentes de Colombia, Álvaro Uribe; de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva; y de Perú, Alan García.
Si bien son muchos los artistas latinoamericanos comprometidos con causas sociales -como los nucleados en la Fundación Alas, que en mayo organizó dos shows en simultáneo en Buenos Aires y el DF mexicano en los que actuaron Shakira, Jorge Drexler, Alejandro Sanz y Ricky Martin, entre otros-, hay causas más "audaces" que otras: promover el bienestar de los niños de América Latina, como la Fundación Alas, es un objetivo incuestionable, mientras que actuar en la Cuba socialista o pedir la liberación de los rehenes colombianos pueden costar más caro.
Los historiadores de la música coinciden en que la tradición de los shows "sociales" se remonta al "Concert for Bangladesh" organizado por George Harrison en 1971, considerado el primer concierto benéfico de la historia. Músicos como Ringo Starr, Eric Clapton y Bob Dylan se sumaron el 1 de agosto de 1971 al ex Beatle en el Madison Square Garden de Nueva York para recaudar fondos para ayudar a los refugiados de Pakistán Oriental (actual Bangladesh) en India, que habían emigrado por los devastadores efectos de la Guerra de Liberación de Bangladesh.
"Cualquier guerra es mala; no me gusta particularmente lo que está sucediendo allí, pero ese es el costado político (...) lo que tratamos es de aliviar los efectos de la masacre, no quiero meterme con las causas", afirmó Harrison en la conferencia de prensa que dio antes del espectáculo junto al "virtuoso de la cítara" bengalí Ravi Shankar. Si bien los otros dos ex Beatles John Lennon y Paul McCartney no actuaron en el "Concert for Bangladesh", el segundo impulsó su propio proyecto años después, la serie de recitales conocidos como "Concerts for the People in Kampuchea" en diciembre de 1979, en beneficio de las víctimas de la guerra civil en Camboya, gobernada por el temible régimen de los Jemeres Rojos. Bandas como Queen, The Clash, The Who, The Pretenders y el grupo Wings de McCartney se sumaron a la movida ideada por McCartney.
Los 80 fueron una década "dulce" para los músicos de rock: el surgimiento del canal MTV convirtió a gran parte de los músicos en mega-estrellas. Las ganancias por las ventas de discos fueron astronómicas, y en tiempos en que aún no existían los CDS -fácilmente "copiables"- ni los "downloads" ilegales por Internet, cada disco vendido engrosaba las cuentas de los artistas como nunca antes. Ser solidario comenzaba a ser, más que una opción, una obligación.
En enero de 1985, decenas de músicos se unieron bajo el lema "USA for Africa" para cantar el famoso himno compuesto por Michael Jackson y Lionel Richie, "We are the world", cuyas ganancias fueron destinadas a paliar la hambruna en África. Cindy Lauper, Bruce Springsteen, Stevie Wonder, Billy Joel, Tina Turner y Paul Simon, entre otros, prestaron su voz.
Sin embargo, el verdadero quiebre se produciría apenas unos meses después. Los shows organizados por los ex Beatles habían podido ser disfrutados sólo por quienes pagaron sus entradas o, en todo caso, por los melómanos que se hicieron más tarde con sus grabaciones.
Los dos conciertos del "Live Aid" (uno en Londres y otro en Filadelfia), organizados por el rockero irlandés Bob Geldof en 1985 para paliar la hambruna en Etiopía, Somalia y Sudán, marcaron un antes y un después: por primera vez en la historia, las presentaciones fueron seguidas en vivo por millones de personas en todo el mundo vía satélite. Bob Dylan, Queen, Madonna, Dire Straits, Paul McCartney, Phil Collins, Led Zeppelin, Duran Duran, David Bowie y muchos otros dijeron presente. Entre ellos se encontraban, también, los irlandeses de U2 junto a su líder, Bono, convertido hoy en día en un auténtico embajador del "rock humanitario", con un poder de negociación lo suficientemente considerable como para ser recibido por la mayoría de los líderes.
Al Live Aid de Geldof le siguieron en 1988 la gira conjunta de Bruce Springsteen, Tracy Chapman, Peter Gabriel, Sting y Youssou N´Dour para recaudar fondos para Aministía Internacional, que incluyó estaciones en Buenos Aires y Mendoza. "Cuando vine el año pasado a Buenos Aires vi fotografías de desaparecidos. Yo me pregunto por qué la Junta Militar pensó que Chile y Argentina podían crecer sin esa belleza", disparó Sting en el show en Mendoza antes de tocar "Ellas bailan solas", inspirado en las madres de los desaparecidos. Durante su presentación en Buenos Aires incluso hizo historia al bailar junto a las Madres de Plaza de Mayo sobre el escenario.
Acorde con el actual "revival" de la década de los 80, el nuevo milenio fue testigo de la reedición del "Live Aid", en julio de 2005, esta vez bajo el nombre de "Live 8", ya que se llevó a cabo pocos días antes de la cumbre del G8 en Escocia. Ciudades como Londres, París, Berlín, Johannesburgo y Tokio fueron escenario de las actuaciones simultáneas transmitidas en vivo de decenas de músicos, algunos "viejos abanderados" de las causas humanitarias, como Bob Geldof, Paul McCartney, U2, The Who, Sting, y otros "nuevos", como Coldplay, The Killers, Keane, Shakira, Green Day y Linkin Park.
Casi cuatro décadas después, la unión entre los músicos y las causas humanitarias había germinado.