Los tiempos de la política -se sabe- descreen de los calendarios y del cansino andar de los relojes. Marchan a su propia velocidad.
Y en Río Negro están comenzando a acelerarse en este incipiente verano, precisamente cuando el asueto tranquiliza los despachos oficiales y deja a aquellos que tienen funciones de gobierno más tiempo libre para proyectar el futuro.
Como ha sucedido en cada ocasión desde hace años, el radicalismo rionegrino ha empezado ya a definir su acción política en dos sentidos: el primero, hacia adentro, tratando de que se olviden diferencias internas para evitar cismas. El segundo, hacia afuera, buscando dividir al Partido Justicialista y a sus eventuales aliados.
Un movimiento de pinzas.
Siempre ha sido así y -es bueno decirlo- la tarea ha sido efectiva, como lo muestra el análisis de las últimas siete elecciones para gobernador y la gran cantidad de ex dirigentes peronistas o frentistas que hoy ocupan cargos por el favor de la UCR provincial.
En esta ocasión, el objetivo número uno del gobierno de Miguel Saiz parece ser reducir las posibilidades electorales del intendente de Roca, Carlos Soria.
Tal vez porque cuenta con encuestas que se cuida muy bien de no distribuir. O porque entiende que es el único opositor que cuenta con una gestión de gobierno capaz de convocar al electorado con algo más que promesas.
Lo llamativo, en todo caso, es que ya se advierte que Saiz y su principal operador en la materia -Iván Lazzeri- contarán con ayuda en su tarea. Otra vez.
A nadie pueden haber pasado inadvertidos varios movimientos llamativos:
? El senador nacional Miguel Pichetto visitó a Miguel Saiz en su despacho este año. No lo había hecho desde que sufrió la derrota por la gobernación en el 2007, cuando el favor del kirchnerismo inclinó la balanza en favor de quien fue su rival radical. Hoy ambos hablan de colaboración y dejan claro que se necesitan para sobrevivir en política.
? La conducción del bloque de legisladores provinciales del Frente para la Victoria, que hasta el momento ocupa el roquense Carlos Peralta, está a punto de cambiar. En una bancada que no ha descollado por su brillo, quienes disputan el lugar tampoco le señalan a Peralta objeciones políticas graves ni desatención de sus funciones. Pero, en todo caso, queda claro que un cambio de timón en el bloque significaría un golpe a Soria, jefe político del diputado.
Ademar Rodríguez, el candidato a sucederlo, no es precisamente un dirigente proactivo sino, más bien, de perfil bajo. No ha protagonizado ninguno de los debates trascendentes que se han realizado en la Legislatura, por lo cual no resulta fácil saber qué opina sobre la deuda pública, la incorporación incesante de contratados, las denuncias de corrupción que involucran a funcionarios de gobierno o la pérdida que ocasiona a la provincia la postergación de una ley de Coparticipación Federal de impuestos.
Ha acompañado al senador Pichetto en varias de sus gestiones en la provincia y ante el gobierno nacional. Y las únicas declaraciones que formuló días atrás, cuando se conoció su pretensión de conducir la bancada, fueron en procura de una mayor "gobernabilidad".
Es decir que, de algún modo, abona la tesis de que los caminos de la política han conseguido construir puntos de acuerdo entre Saiz y Pichetto, curiosamente, uno de los dirigentes peronistas que más hizo durante años para develar casos de corrupción y desmanejo financiero en el Estado rionegrino.
La fundamentación para tal acercamiento es diferente según de quien se trate.
Para Pichetto, la razón es que Soria cuestiona al kirchnerismo o, al menos, insiste en decir en cada inauguración que puede gobernar sin ir cada semana a mendigar a Buenos Aires.
Para Saiz, la excusa es lograr un gestor ante el gobierno nacional que lo ayude a buscar salidas asistidas para la crítica situación financiera de la provincia.
Para el gobierno nacional, la motivación es que no haya candidatos en las provincias que respondan a Duhalde, como modo de evitar la dispersión de poder electoral del kirchnerismo. Eso, considerando que Soria siga alineado con el ex gobernador bonaerense, algo que el roquense no confirma ni desmiente.
Claro que estas coincidencias pueden no resultar muy duraderas.
En el peronismo, hay quienes afirman que Pichetto sólo busca preocupar lo suficiente a Soria como para calmar su arrogancia y forzar un diálogo que conforme no sólo sus aspiraciones sino también las de los integrantes de la Liga de Intendentes.
Sectores del radicalismo, en tanto, apuestan a sacarle a la circunstancia el mayor provecho posible.
Los que van por más apuestan a suponer que todavía es posible que una reforma constitucional permita a Saiz aspirar a la re-reelección. Y sueñan con una fórmula compartida con alguna dirigente del pichettismo. Claro que eso implicaría postergar una vez más a todos los candidatos anotados por la UCR y sus aliados naturales, lo que convierte a esa opción en poco menos que imposible.
Bautista Mendioroz, Pablo Verani, Fernando Chironi, Alberto Weretilneck, Magdalena Odarda... Todos están en línea este verano, con la intención de llegar a marzo en la mejor posición política personal y de alianzas para aspirar a integrar la fórmula para la gobernación.
Mientras tanto, la provincia inicia el año sin presupuesto aprobado, con una situación financiera comprometida y con varios frentes de conflicto institucional.
En el Poder Judicial, las reformas que impulsa el Superior Tribunal de Justicia con motivo de la emergencia financiera han provocado una situación de máxima tensión.
La procuradora Liliana Piccinini hizo notar en una respuesta institucional que no se le dio participación en decisiones que involucran a los Ministerios Públicos. Se refirió en tan graves términos a la iniciativa de los jueces del STJ que comparó su pretensión legisferante con las Comisiones de Análisis Legislativo que se crearon durante los gobiernos militares.
No resulta fácil adivinar cómo terminará la cuestión, que cuenta con otro elemento: la posibilidad de que el recientemente designado fiscal general, Edgar Nelson Echarren, no asuma por el momento. Esto depende del trámite que el próximo presidente del STJ, Víctor Sodero Nievas, dé al pedido de la procuradora Piccinini para suspender tal asunción hasta que se resuelva la situación procesal de Echarren, imputado en una causa por presunto prevaricato.
El verano vuelve a ser la estación política por excelencia.
Y bajo el alivio de una sombra se definirán los ejes que marcarán el 2010 en la provincia de Río Negro.
ALICIA MILLER
amiller@rionegro.com.ar