LONDRES (DPA) - El cuento sobre el meteórico ascenso desde ser nadie hasta alcanzar la fama mundial se hizo realidad. "Es un poco como la historia de Cenicienta", dice la cantante Susan Boyle sobre sí misma. Y su "cuento" es un bestseller. En sólo cuatro semanas, su álbum "I Dreamed A Dream", que no tiene una sola canción propia, vendió más de 6,2 millones de copias y es el disco más exitoso del año 2009 en todo el mundo.
En la industria musical el envoltorio se convirtió en el elemento más importante de la década. Y el envoltorio de Boyle es el de Cenicienta. Su versión es la siguiente: había una vez un ama de casa que hacía el bien por la sociedad como honoraria en la Iglesia. Sin embargo, la mujer de buen corazón se sintió gran parte de su vida ignorada por las personas de su entorno.
Pero en enero pasado el actual rey británico de los discos Simon Cowell llegó a su ciudad natal. El jurado del show de televisión "Britain´s Got Talent" se enamoró de la voz de esta mujer rústica pero vergonzosa y la condujo a la palestra mundial.
Desde su aparición televisiva Boyle rompe récords mundiales. Millones quedaron perplejos no sólo con su voz, sino con la atención que despertó su persona o con las cifras de ventas, no sólo ella misma: "Una mujer que se presenta con los pelos descuidados, las cejas pobladas y el vestido que yo llevaba sin dudas llama la atención", dijo Boyle.
Ante esto, el sorprendente éxito del ganador previo del show de talentos Paul Potts, un joven con sobrepeso y los dientes torcidos, parece casi normal. Boyle lo considera "extraordinario, un ejemplo".
La alta cifra de ventas del álbum debut de Boyle resulta sorprendente en un tiempo en el que la descarga ilegal de canciones por Internet forma parte de la vida cotidiana y es comparable comercialmente con la alcanzada por el mayor artista de la música pop, Michael Jackson (1958-2009). Su sexto y último álbum "Thriller" registró en su apogeo un millón de ventas por semana en todo el mundo. El disco debut de Boyle se ubica actualmente en 1,55 millones de unidades en promedio.
La Cenicienta del siglo XXI comenzó su carrera más o menos a la edad en la que murió Jackson. Sin embargo, sus historias no pueden ser más opuestas: el rancho Neverland frente a Blackburn, un pueblo a las puertas de Edimburgo. La vida de Boyle está tan protegida como el castillo que supo erigirse allí. Según su agente, da entrevistas sólo tras la aprobación de sus asesores y a cambio de dinero. Fuentes de la industria aseguran que cada minuto suyo en televisión cuesta una cifra de cinco dígitos en libras. El mercado negro de artículos para fanáticos provocó hasta el momento unos seis millones de euros en pérdidas (8,6 millones de dólares), sólo en Internet.
El valor de mercado de la "Cenicienta" moderna es enorme, con sólo menos de un año sobre las tablas, ya que su comunidad de seguidores es gigante. Su aparición en el show de talentos es el video más visto del año en el portal YouTube, con 120 millones de clicks. Entre sus más famosos seguidores está el presidente estadounidense Barack Obama. Para el rapero norteamericano Snoop Dogg la imagen única de Boyle cumple con el espíritu de la época. "Hay que ser diferente y diferenciarse de los demás en el momento preciso", dijo el músico .
¿Y qué dice la tranquila Boyle sobre su gran éxito musical? "Es una historia insólita", consideró.
Boyle contó que cuando era estudiante recibió golpes de "maestros incomprensivos". "Necesito simplemente un poco más de tiempo que los demás para comprender las cosas", indicó. Sus padres le prometieron que harían algo con su voz y sólo por eso canta ella, según dijo. "El sueño de mi padre de ser cantante se hizo realidad a través mío, él hubiera estado orgulloso". Su padre murió hace diez años, su madre hace dos. "No tenerla más a ella, de la que dependía tanto, fue un gran cambio en mi vida. Tuve que aprender a hacer las cosas por mí misma".
Boyle casi no salió del nido familiar y tuvo dificultades para generar amistades. "Intenté hablar con las personas, pero se reían de mí. Sentía que me apartaban". Cantar fue su refugio, una liberación emocional de su "leve minusvalía", la que no describió con más precisión.
La mezzosoprano demostró a muchas jóvenes estrellas de la música que la vieja guardia también tiene algo para dar. En las listas mundiales de discos está cabeza a cabeza con una estrella de la juventud. Con sus presentaciones provocativas y su sonido de los 80 Lady Gaga, de 23 años, vendió más de 5,8 millones de veces su álbum "The Fame". La escocesa, que la dobla en edad, superó fácilmente a la estadounidense en sólo cuatro semanas de ventas.