BAGDAD.- Los iraquíes que piden justicia para 17 personas muertas a tiros en una plaza de Bagdad expresaron su indignación ayer ante el fallo de un juez estadounidense de desestimar un caso contra la empresa Blackwater, acusada de los asesinatos.
El gobierno iraquí señaló que presionará para que se mantenga el caso, el cual fue motivo de enfrentamiento entre el gobierno estadounidense y el de Irak. Muchos iraquíes consideran además la decisión del juez como prueba de algo en lo que creen desde hace tiempo: que los contratistas estadounidenses están por encima de la ley. "No hay justicia´´, dijo Bura Sadun Ismael, quien quedó herido por dos balas y metralla durante el tiroteo.
Lo que ocurrió en Plaza Nisoor el 16 de septiembre del 2007 aumentó el temor de los iraquíes respecto a su posible pérdida de soberanía, ya que los empleados de Blackwater gozaban de inmunidad ante la ley del país. Los tiroteos también demostraron el grado al que Estados Unidos llegó a depender de contratistas en la guerra en Irak.
El Departamento de Estado había contratado a Blackwater para proteger a diplomáticos estadounidenses en el país asiático. Los guardias dijeron que fueron atacados en una intersección de caminos del oeste de Bagdad, pero la fiscalía y muchos iraquíes aseguraron que los guardias provocaron el ataque a civiles usando granadas y ametralladoras.
"Las investigaciones llevadas a cabo por autoridades especializadas iraquíes confirmaron de forma inequívoca que los guardias de Blackwater cometieron el crimen de asesinato y rompieron las normas usando armas sin la existencia de ninguna amenaza que los obligara´´, dijo el gobierno iraquí.