Millones de personas celebraron en las calles del mundo entero la llegada del año 2010. Hubo brillo y fiestas increíbles.
En Nueva York, una inmensa multitud invadió la plaza de Times Square, pese a la nieve y la lluvia, para seguir el descenso de la bola de cristal multicolor que marcó los últimos momentos de 2009. Unas medidas de seguridad draconianas rodearon las fiestas.
En tanto, unas dos millones de personas recibieron con euforia el Año Nuevo en la famosa playa Copacabana de la ciudad de Río de Janeiro. En toda la ciudad, 16 toneladas de fuegos artificiales dieron la bienvenida al 2010.
En la capital española, los madrileños se dieron cita como todos los años en la Puerta del Sol, para tomar las tradicionales doce uvas de la medianoche. Este año, además, un espectáculo de luz y de sonido lanzó la presidencia de la Unión Europea, que Madrid asume.
En París, para celebrar sus 120 años, la Torre Eiffel ofreció un espectáculo excepcional de iluminaciones y música en la noche de San Silvestre ante unos 50.000 espectadores.
Además, más de 200.000 londinenses invadieron las orillas del Támesis para admirar la gran noria del London Eye, sin perder de vista las agujas del reloj del Big Ben.
En Sidney, un millón y medio de personas asistieron en el puerto a los tradicionales fuegos artificiales sobre el emblemático Harbour Bridge para los que se utilizaron unas 4,5 toneladas de material pirotécnico. (AFP)