Cuando a nivel nacional no hay políticas de Estado o, como en el caso local que plantearé, un norte, una meta u objetivos a largo plazo, las instituciones deportivas corren el riesgo de desaparecer. En ambos casos la responsabilidad mayor reside en los dirigentes que deberían llevar adelante las "supuestas políticas". Si éstos actúan de manera soberbia, sin consultar a sus dirigidos, planificar a largo plazo ni respetar los estatutos, seremos testigos de cómo se destruyen las instituciones.

Las autoridades del Tenis Club Neuquén, al que estoy orgulloso de pertenecer, resolvieron con fundamentos poco creíbles eliminar la práctica de hockey dejando en la calle a 80 socios que deberán renunciar. No les importó la función social de contención de nuestros jóvenes que como club social y deportivo éste debería realizar. Tampoco crecer como institución, teniendo los medios para hacerlo. De desarrollo deportivo, ni hablar. Hace años que pido reuniones para establecer una política deportiva y social que nos lleve a mejorar como institución y como personas, pero la soberbia puede más, como en la última decisión tomada.

Si bien la responsabilidad mayor en la marcha de las instituciones recae en sus autoridades, todos somos responsables, al menos por no participar, no expresar nuestros puntos de vista o, peor aún: por desinterés. El problema común a las instituciones sociales y deportivas es la poca participación de sus socios en la vida de las mismas, dejando en manos de sus dirigentes decisiones de vital importancia para su supervivencia.

A nivel local vemos instituciones grandes como el club Independiente sufriendo las consecuencias de las malas administraciones que supo conseguir: un club donde se practicaban los más variados deportes se ha ido quedando sin actividades e incluso sin cancha para la práctica de su principal disciplina. Sólo el tesón de un grupo de padres hizo posible la cancha de sintético para la práctica de hockey, aun a costa de enfrentar problemas financieros. Pero los esfuerzos aislados no son suficientes.

Pareciera que ya nada nos interesa, que los problemas se resolverán solos, que nuestro papel de espectadores es mucho más cómodo. Pero lo que estamos haciendo es colaborar con nuestra lenta decadencia. El deporte, último bastión para combatir el sedentarismo, la droga, el alcohol y los malos ejemplos que vemos a diario en la televisión, está en peligro. ¡Dejemos de ser espectadores y pasemos a ser protagonistas! Nuestros hijos heredarán un país mejor si así lo hacemos.

Ricardo Dougall, DNI 10.532.537 - Neuquén

En referencia al conflicto suscitado por el alambrado puesto en el área protegida Paso Córdoba, quisiera opinar lo siguiente.

Nuestra ciudad goza del privilegio que no tienen otras del Valle de contar con una zona única por sus características geográficas, además de tener acceso cercano a la ciudad, asfaltado y con un puente que nos permite llegar a la margen sur del río Negro para la recreación y la práctica deportiva, además de constituir un atractivo turístico.

Desde 1986 concurro de manera habitual a Paso Córdoba a caminar, correr, andar en bici, etcétera. En principio éramos pocos los habitués de las bardas pero con el paso de los años la gente que elige ese lugar se ha incrementado de manera notable.

En 1994, ante la aparición de la primera tranquera de un supuesto establecimiento agro-forestal, con un grupo de amigos decidimos que había que hacer algo para evitar el avance de los alambrados en una zona que era "de hecho" de uso público.

Hicimos una carta abierta dirigida al entonces intendente Miguel Saiz, firmada por más de 300 vecinos, solicitándole que declarara la zona de Paso Córdoba como área protegida municipal para poder así regular su uso y preservarla para beneficio de todos los vecinos de General Roca.

Pasó el tiempo con lentos avances y recién en los últimos años (en coincidencia con la gestión de Carlos Soria) hemos podido apreciar cambios y mejoras sustanciales, sobre todo -y a mi criterio lo más importante- la incorporación de nuevas tierras al área protegida y la presencia permanente de guardias ambientales.

Hace unos días pobladores del lugar, alegando una supuesta propiedad del territorio, colocaron un alambrado y una tranquera que impedía el acceso al sector más utilizado por todos quienes vamos a hacer alguna actividad deportiva o recreativa.

El sábado 19 del corriente por la tarde se generó una situación de tensión y enfrentamiento entre las autoridades municipales y vecinos por un lado y los responsables de la instalación del alambrado por el otro. La situación de enfrentamiento que se generó fue (a mi entender) lamentable por los insultos y el desconocimiento de unos hacia otros.

Me parece que una manera de salvar este conflicto sería que estos pobladores, vecinos de General Roca (supuestos propietarios de esas tierras) que viven en el lugar desde hace muchos años, se integren al proyecto de desarrollo del área protegida tomando como una oportunidad de integración y mejora de su calidad de vida la afluencia cada vez mayor de gente al lugar en vez de impedir el paso y generar un conflicto inútil haciéndose odiar por los que concurrimos habitualmente a ese sitio.

El área en conflicto no tiene ninguna utilidad desde el punto de vista de la producción agrícolo-ganadera: para lo único que sirve ese territorio erosionado, quebrado y árido es para lo que se lo utiliza, nada más.

Esta gente que vive en el lugar debería, en vez de impedir el paso, aprovechar la ventaja que tiene de vivir allí y ofrecer servicios (cabalgatas, caminatas guiadas, camping, etcétera). Si hay algún lugar en particular -por la cercanía de la casa, la presencia de animales o lo que fuera- al que quisieran restringir el paso no habría problemas en señalizarlo y cercarlo si hiciera falta.

Cuentan con el municipio si necesitan apoyo para desarrollar algún proyecto; no tengo dudas de que se lo darían, como sucede con todos aquellos que tenemos alguna inquietud que sea beneficiosa para todos los vecinos de Roca. Vale como ejemplo la recuperación del ex Club Náutico, con la construcción de nuevas instalaciones para el público y una casa para la familia que vive en el lugar.

J. Renán Urdínez

DNI 13.483.407

Roca

El 25 de octubre en esta sección se publicó una carta con el título "Abogado suelto". Allí se denunciaba la falta de ética y la mala praxis de un abogado de Neuquén.

Hacemos lo propio ahora, dada la total falta de ética de una abogada de esta ciudad. Aprovechándose de la buena fe y la confianza de su "clienta" (sic, en el lenguaje comercial), que es docente y tiene dos hijas, en los trámites de separación y división de bienes -además de la gran tensión y angustia que esta situación le generaba, más otros graves problemas de salud suyos y de sus padres- esta "profesional" llevó a ejecución honorarios fijados en dólares cuando había prometido -a observación de aquélla- que "eso se va a arreglar". No sólo no aclaró ni arregló en pesos esa suma monstruosa en dólares -9.000, unas cuatro veces más de lo que le correspondía por su tarea, que no era en una litis sino en una mediación- sino que sin aviso previo embargó la casa de su antes patrocinada y sus hijas. Luego se hizo inaccesible a todo y a todos.

Tanto la abogada mediadora como la de la otra parte cobraron sus honorarios en pesos, sin multiplicarlos arteramente por cuatro veces aproximadamente, como pretende hacerlo esta "profesional". Si tuviera alguna vinculación con el CPE o con el Colegio de Abogados, estas circunstancias serían precisamente agravantes. Alertamos entonces a la población al respecto.

Carlos Falaschi, LE 4.083.407 - Cipolletti

N. de la R.: este diario se reserva el nombre de la persona cuestionada, el cualSEE queda a disposición de los organismos de control que lo requieran.

Este señor que fue de casa en casa buscando ser votado hoy es incapaz de darle una audiencia a una ciudadana común que paga todos sus impuestos, que no vive de un plan ni molesta todos los meses pidiendo que le regalen algo. Parece que ser honesto y trabajador en este pueblo no sirve.

Hace más de un año perdí 40.000 pesos por comprar una casa a una empresa creyendo que por realizar dicha operación hacía bien ya que se trataba de un comerciante de la zona. Por cierto, fue todo lo contrario: me estafaron y hoy no tengo ni la casa ni el dinero. Fue éste el motivo que me llevó a pedir reiteradas veces una audiencia con nuestro intendente o que alguien me dijera por qué permanecía abierto un negocio que no cumplía con los mínimos requisitos, el mismo al que clausuraron después de que saliera en las radios y me dirigiera a Defensa del Consumidor.

Ahora yo me pregunto: ¿dónde estaba nuestro intendente Ramón Rioseco, que ni él ni nadie de su equipo de trabajo pudieron notar semejante falencia en dicho comercio de la localidad?

Otra cosa: ¿quién protege a los ciudadanos de Cutral Co? ¿A quién nos dirigimos? ¿Quién defiende los derechos del niño? Dos menores quedaron en la calle, un estafador sigue suelto y los que nos representan nos dan la espalda.

Espero que los lectores presten mucha atención y miren bien el día en que vuelvan a votar, porque estamos cansados de palabras bonitas. Cuando los ciudadanos necesitamos de los políticos, nos encontramos con gente como el Sr. Ramón Rioseco, el intendente que no escucha.

Anastasia Ruth Saso, DNI 24.644.400

Cutral Co

N. de la R.: este diario se reserva el nombre de la empresa mencionada en la carta y el de una persona. Ambos están a disposición de las autoridades

que los requieran.

Al gobernador Jorge A. Sapag

Me dirijo a usted con el mayor de los respetos. Finalizamos el 2009 y con él, dos años de su gestión; sabemos que hubo errores, pero no tengo dudas de que usted trabajó para que hubiera muchas virtudes. Hubo muchas críticas, hasta de nuestros compañeros, que no entienden que la política es como el fútbol: nadie es eterno.

Lo aliento y fortalezco con mi humilde opinión a que siga gobernando; desde las bases trabajaremos fuertemente para los años de gestión que todavía le restan. Sr. gobernador, siéntase fortalecido, que usted no está solo.

Felicidades a todos mis compañeros y compañeras.

Oscar Alberto Fuentealba

DNI 18.180.265

Neuquén