El periodista Javier Sinay acaba de publicar "Sangre joven. Matar y morir antes de la adultez", un libro en el que se mete en seis casos policiales protagonizados por jóvenes argentinos y en el que busca comprender a víctimas y victimarios.
Nacido en 1980, Sinay colabora en el "Suplemento Sí" de "Clarín" y la revista "Rolling Stone", aunque su pasión por los policiales surgió trabajando en los equipos de producción de los docureality de televisión "Fiscales" y "Forenses". En "Sangre Joven", el autor buscó "un conjunto de historias donde lo policial se aplicara a lo joven. La idea fue ver qué podía decir yo sobre ellos, sobre mi generación, a través de esas historias", señaló Sinay.
-¿Por qué decidiste escribir este libro?
-Quise retratar a mi generación tomando como excusa estas experiencias al límite que son los crímenes. Hice una selección de seis homicidios en los que las víctimas y los victimarios son jóvenes. Es decir, un mundo violento sin adultos o en el que los adultos se ven de lejos. Estos casos ocurrieron entre 2002 y 2008 y quienes los protagonizaron tenían entre 15 y 25 años: eran pibes nacidos en la década del 80.
-¿Cuál es la génesis del libro?
-Me parece importante aclarar que no habla de inseguridad. Ese es un debate que se da desde lo macro. En "Sangre joven", me metí adentro de seis mundos diferentes, me importaron más las personas que las estadísticas, que ni siquiera anoté.
-¿Considerás que el policial es uno de los géneros periodísticos más ricos?
-Sin duda, y uno de mis preferidos. Es una manera de ver el mundo, desde ahí se puede hablar de cualquier cosa: de amor, de odio, de diferencias sociales, de ilegalidad, de locura. Cada crimen habla de la sociedad que lo engendra, pero también de las personas que lo ejecutan y que lo padecen.
-¿Cómo viven estos jóvenes los crímenes que cometieron?
-Ninguno de ellos exhibió goce. Pongo como ejemplo a una chica que apuñaló a un pibe a la salida de una bailanta, en José C. Paz. Me dijo que había actuado bajo los efectos de la droga y agregó: "Si a mí me hacen algo así con un familiar mío, yo me muero". Lo vive como un pasado negro que quiere dejar atrás. Dicen que otro de los chicos, un pibe que mató a su amante, que era su prima, lloraba de amor en el camión policial que lo trasladaba.
-¿Qué códigos manejan estos personajes?
-Me interesaba describir los diferentes ámbitos y espacios: la canchita de barrio, el mundo cumbiero, la discoteca, el colegio y la facultad. Como denominador común diría que hay cierta necesidad de defender lo propio y de demostrar algo de valor. Todos estos crímenes ocurrieron en lugares públicos (y esto no influyó en la selección inicial; de hecho, me di cuenta de esta coincidencia hace poco). Y este dato señala que muchos de estos pibes habitan la calle y se la apropian. No quiero decir que sean callejeros en un sentido peyorativo, toman la calle como un lugar en sí y no como un sitio de paso. Lo que varía es la manera de resolver los problemas: algunos buscan diálogo, y otros la violencia.
(Télam).