“Hay algo flotando en la botella”. Con ese inesperado comentario, comienza a gobernar el asombro, y por qué no, el asco en cualquier consumidor de barrio, hijo de buen vecino. Si bien este tipo de situación no sucede a menudo, desde los departamentos de Bromatología del Conurbano, aseguran que analizan el hallazgo de “cuerpos extraños en alimentos”, en promedio, de 2 a 5 veces al año.
Por su parte, el director de éste área de San Isidro, Osvaldo Rasines, expresó a 24CON que en tal caso se libra un acta y se convoca a la empresa alimenticia en cuestión. “Por ejemplo, si se detecta en una gaseosa tiene que estar bien cerrada para evitar fraude. Porque hemos detectado casos muy raros que han querido hacer fraude –para cobrar dinero por daños-, negligencia del operador de la fábrica o también alguna vez sabotaje, pero es difícil de comprobar”, reconoció.
Para corroborar la existencia de un objeto en un alimento, su envase debe conservarse casi intacto, aunque muchas veces la “sorpresa” está dentro de la comida, lo que hace más exhaustivo su análisis. Tal es el caso de las investigaciones que realizó Bromatología de Pilar. Según Ignacio, su director, en las fiestas pasadas encontraron una piedra dentro de un pan dulce, y también un tornillo. “Esto no es tan común, y en general se da por errores en la producción”, señaló.
Lo cierto es que por las altas temperaturas de esta época, es más frecuente encontrar alimentos en mal estado, en su mayoría, vencidos, y las denuncias crecen en promedio un 20 por ciento. Según expresaron los especialistas a este medio, esto puede darse por falta de frío que los conserve, o malas condiciones de higiene en los locales como supermercados, verdulerías o almacenes. Es por eso que inspectores municipales se encargan de verificar el estado de los productos en las mismas góndolas, aunque muchas veces no logran resultados exitosos. Sin embargo, las consecuencias de la ingesta son graves, ya que pueden derivar en intoxicaciones o infecciones, sobre todo en los más chicos.
El karma del teléfono
Por otra parte, y tal como se sucedió a lo largo del año, los consumidores también elevan sus quejas al área de Defensa al Consumidor de su municipio. Al respecto y según relevó 24CON, la tendencia se mantiene casi irrevocable: Telefónica S.A. se lleva todas las pálidas y es la que más denuncias tiene en su contra. Le siguen las compañías de celulares, como Claro, Movistar y Personal.
“Los reclamos son por mala facturación, gente que ni siquiera tiene computadora y le cobran Internet. O Claro, que te corta el servicio de teléfono y te sigue cobrando”, dijo Marita, desde el distrito de Almirante Brown.
Eduardo, empleado del mismo sector pero en Ituzaingó, reconoció: “Todo lo que es servicio de telefonía, acapara el 70 u 80 por ciento del total de denuncias. Hay muchos problemas con la facturación y con el funcionamiento de los aparatos de teléfono. Además del servicio de Internet”.
El Conurbano se queja. Tanto en Bromatología como en Defensa al Consumidor, los reclamos se hacen oír y casi todos, terminan en “mediación”, solucionándose a “los pocos días”. Es decir, la empresa acusada –sea la que produce alimentos o la que los vende-, antes de enfrentar las vías judiciales deja conforme al cliente. Siempre, con dinero. Fuente: 24con |