Lionel Messi, Juan Martín del Potro y Juan Sebastián Verón fueron tal vez los tres deportistas argentinos más destacados de 2009.
Muchos prefieren ubicar primero a Del Potro, porque Messi no jugó bien para Argentina. Pero en el análisis global Messi fue elegido como número uno de su deporte. Del Potro es el número cinco.
Si sólo fuera esa la medición tal vez la número uno debería ser entonces Luciana Aymar, elegida por sexto año consecutivo como la mejor jugadora del mundo en hockey sobre césped.
Pero el fútbol, está claro, ofrece un panorama de competencia mucho más dura y por eso tal vez ubicamos tercero a Verón, porque volvió para seguir ganando todo con Estudiantes y colocarlo inclusive al borde de la hazaña, a dos minutos de ganarle al que, tal vez, deba ser considerado el mejor equipo de la historia.
El Barcelona de Josep Guardiola y Messi debería completar un ciclo, mantenerse más tiempo, para ser equiparado a otros equipos históricos, como el Real Madrid de Alfredo Di Stéfano de los años ´50. Será difícil porque los movimientos en el fútbol de hoy son otros y los jugadores marchan de uno a otro equipo. Pero de lo que no hay dudas es de que nadie en la historia ganó tanto en una misma temporada como Barcelona.
Que se haya elegido a Del Potro como mejor deportista argentino de 2009 tiene la lógica de la mirada propia. Cada país se mira a sí mismo. En Inglaterra, por ejemplo, fue votado Jenson Button, nuevo campeón de Fórmula Uno, pero que casi no fue tenido en cuenta en las diferentes elecciones de rango internacional, que se multiplican en cada cierre de año.
En Francia, más que una figura, votaron como hecho deportivo del año el gol polémico de Thierry Henry que dio el boleto al Mundial 2010. "Es un símbolo de los nuevos tiempos, de esta nueva Francia. Teníamos un equipo brillante en los Mundiales de 1982 y 86 pero no ganamos. Ahora jugamos mal, pero nos clasificamos", escribió Jean-Philippe Leclaire, de L´Equipe.
Un debate entre especialistas publicado por The New York Times eligió al velocista jamaicano Usain Bolt, campeón mundial tras los oros que había ganado en Pekín 2008, como el mejor deportista de 2009. Pero como hecho del año fue elegido el anuncio de retiro temporal de Tiger Woods, tras el escándalo que afectó a su vida privada.
Los especialistas podrían haber elegido el anuncio de retorno de Michael Schumacher, pero "good news is no news" (las buenas noticias no son noticias), según indica una vieja ley de prensa. Es cierto, el caso de Tiger Woods ofrece pimienta para el escándalo. Pero si se lo mirara de un modo más amplio ofrece también una excelente oportunidad para mirar al periodismo.
Woods, impulsado por sus patrocinadores y él mismo, era "el deportista perfecto", hasta que estalló el escándalo y la prensa que antes omitía pasó a escarbar con morbo hasta meterse dentro de la cama del mejor golfista del mundo, del deportista que más dinero ha ganado en toda la historia.
Los campeones de tiempos pasados suelen lamentarse al comparar el dinero que ganaban con los premios de hoy. Pero si ellos también observaran el caso Woods desde un criterio más amplio tal vez agradezcan el tiempo que les tocó vivir, cuando acaso todavía la obscenidad no se había convertido en un show.
EZEQUIEL FERNANDEZ MOORES