TEHERÁN.- Con dureza en el plano interno y amenazas hacia el exterior, el liderazgo de Teherán buscó ayer volver a tomar el control de la situación tras las recientes sangrientas protestas en Irán.
Altos parlamentarios reclamaron ayer la pena de muerte para los manifestantes que perturbaron la fiesta sagrada de Ashura el fin de semana con acciones violentas. Al mismo tiempo, la oposición iraní informó a través de Internet que al menos otras cuatro personas fueron detenidas en las últimas horas, entre ellas la hermana de la activista ganadora del Premio Nobel de la Paz en 2003, Shirin Ebadi.
En el plano de la política exterior, la ira de Teherán se dirigió en particular contra Gran Bretaña, Estados Unidos e Israel. El presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, responsabilizó en duros términos a Estados Unidos e Israel de la ola de protestas contra su gobierno, informó hoy la agencia de noticias ISNA. "Se trata de un teatro instigado por Estados Unidos y los sionistas (Israel) que nos da ganas de vomitar", sostuvo el presidente en una primera reacción a las recientes protestas. "Ambos lados, aquellos que instigan este teatro, así como aquellos que actúan en él, cometen un error. Porque la nación iraní ya ha visto muchas obras similares y no se dejará influenciar", agregó.
El presidente acusó a Estados Unidos y Reino Unido de apoyar a los manifestantes, añadió ISNA. Ambos países lo lamentarán, aseveró Ahmadinejad. Por su parte, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Manuchehr Mottaki, advirtió a Occidente contra sus muestras de apoyo a una "minoría de vándalos" que no reconocen unas elecciones democráticas. En especial amenazó al gobierno británico con dar una respuesta contundente si continúa propagando "mentiras". El portavoz de Mottaki apuntó que el embajador del Reino Unido fue el primero en ser llamado a consultas al Ministerio de Relaciones Exteriores y dijo que otros embajadores en Occidente le seguirán. (DPA)