Diversas organizaciones ecologistas de la Argentina y Chile, que desde el viernes recibirán por segunda vez consecutiva al Dakar, realizaron diversas protestas debido al impacto negativo que esta mítica prueba provocará en el ambiente.

"Una de las características de esta prueba es que los vehículos se pueden salir de la ruta y pasan por sitios donde existan sitios arqueológicos. Ello es particularmente riesgoso", afirmó Luis M. Rendón, coordinador de Acción Ecológica de Chile.

El biólogo Raúl Montenegro, de la Fundación para la defensa del ambiente de Argentina (Funam), aseguró que "el impacto es difícil de predecir, porque no es como un rally convencional que se disputa por un camino, sino que pueden cambiar el recorrido y se convierte en un impacto de franja muy fuerte".

La Funam presentó un recurso de amparo a la Justicia para solicitar que se suspenda la prueba por no contar con las autorizaciones oficiales pertinentes.

En Mendoza, por donde también pasará la prueba, se realizó una audiencia pública para debatir el impacto ambiental del Dakar.

Según Eduardo Sosa, director de la red ambiental Oikos, la prueba de este año produjo "desmonte y ensanchamiento de los caminos en zonas sensibles como El Nevado".

Etienne Lavigne, director de Amaury Sport Organisation, reconoció la preocupación reinante, pero aseguró que el recorrido de la prueba respeta los tesoros naturales y arqueológicos.

"Durante todo el año realizamos muchas reuniones de preparación, de coordinación con las instituciones de la Argentina y Chile para trazar un recorrido que respete los sitios protegidos", aseguró el principal responsable de la prueba.