| Música de fondo: esa ternura que dice "que canten los niños, que alcen la voz / que hagan al mundo escuchar / que canten sus voces, que lleguen al sol / que en ellos está la verdad". Porque Navidad se trata de un Niño. Ya le he contado mi versión desde el sentido común acerca de esos episodios relatados por el Evangelista (de profesión recaudador), Mateo. Ahora le contaré de nuestro pesebre familiar, y otras cosas. Soy la encargada del pesebre común, que ya está listo en la casa Salto de Cipolletti; en realidad, conduzco tal empresa con la ayuda de nuestros niños y jóvenes y adultos. ¡Ha quedado rechévere! La Familia, el Ángel Gabriel, pastores, animales, los Magos, la estrella de Belén, han sido enriquecidos, ocupando un enorme mueble en su totalidad, por todo el Universo de fiesta: duendes, hadas, dragones, león chino, máscaras de diversos lugares del orbe, fotos familiares, piedras de diversos tonos y colores, espejos de agua? y hasta un Papá Noel subordinado también al Niño, venda lo que venda esta modernidad declinante; y la vela central, que prenderemos esta noche; y a su luz celebraremos el nacimiento y expresaremos deseos y cantaremos y después? comeremos y brindaremos, claro. Le hablo en futuro, escribiendo el día de la Noche mística, que para usted ya será pasado, y ¿qué importa? Florencia, mi hermosa sobrina fotógrafa recién llegada de Córdoba, creará imágenes que enviaremos a familiares lejanos y amigos y amigas y si usted quiere tener una o dos o tres, no tiene más que pedírmelo. Recibí presentes: un cuaderno para esbozar la columna (siempre tengo que plasmar lo que charlo con usted con mi mano mi lapicera mi letra mi alma. Agotado el anterior, he escrito últimamente en hojas, parte de atrás de facturas, boletas? todo guardadito porque son mis incunables, ¿qué tal?), un precioso libro de Felipe Pigna con cientos de fotos de Eva Perón y sus correspondientes contextos; una grabación impecable aunque trucha, todo hay que decirlo, de mi admiradísima Susan Boyle; un delicioso arbolito de Navidad, obra de los niños, niñas y cuidadoras de la guardería "Trencito Mágico" de la cual la Fundación Margarita, que tengo el honor de presidir, es "tía". Y mensajes del ciberespacio, con música, con palabras maravillosas, y llamados telefónicos? ¿qué más puedo pedir? Más. Tendré más, porque siempre aparecen regalitos para la que suscribe: hermana mayor, tía, tía abuela? Y yo me regalaré un CD de Andrés Calamaro donde esté "soy comandante de tu parte de adelante" y la que dedica a los amigos que se fueron antes para que le guarden un lugarcito. La semana pasada le decía que la construcción de la alegría se cementa en la verdad. Tarea para valientes, porque la verdad es un portento, una revelación entreverada de esperanza y dolor. Pienso, concretamente, en el fallo de la Justicia que obliga a la Sra. Ernestina de Noble a realizar el ADN de sus hijos, que pueden ser hijos de desaparecidos. Y en Marita, mi hermana desaparecida en La Perla, Córdoba, y en el derecho a saber dónde están sus restos, río, dique, foso, no me importa; y tener el valor de realizar ese peregrinaje. No sola, porque cada paso será un peso tremendo, y seguramente me acompañará mi hermano Dante y mi hermana Nina, que sí entraron en La Perla, recuperada como Museo de la Memoria, y dejaron una leyenda y una foto de Marita? no sé si me animaré a ir cuando viaje a Córdoba en marzo, para el nacimiento de Sofía, mi sobrina nieta. Me animaré: irá mi hermana Margarita y si saca tiempo de sus ingentes tareas, mi hermana Mariela. Y quizás ¡oh milagro! aunque sea en espíritu, nos reuniremos las cinco hermanas Salto. Este será mi deseo de cara al Niño. Oh, sí, es portento la construcción de la alegría desde los cimientos de la verdad. Mas, ¿no es esta época de portentos y milagros? Amigo, amiga, ayúdeme a tener el valor de recibir la Verdad. Y a usted, le deseo lo mismo: su Alegría, su Verdad. | |