Ante la especulación de que Diego Buonanotte está "sospechando" algo sobre el trágico destino de sus tres amigos que murieron en el accidente con el automóvil que el futbolista conducía en la madrugada del sábado último, los médicos que lo asisten apuran la estrategia sobre la asistencia sicológica.
A 350 kilómetros del sanatorio porteño Los Arcos, donde Buonanotte está internado desde ayer, el pueblo santafesino de Teodelina, vivió uno de sus días más tristes con el sepelio de los tres jóvenes muertos, amigo de la infancia del futbolista.
Según el jefe médico de River, Horacio Cavallieri, Buonanotte "por ahora no sabe" lo que ocurrió con sus tres amigos. "Eso nos preocupa mucho. Está sin televisión porque permanentemente la televisión está con el tema de él y no podemos esperar mucho". "Algo debe estar sospechando", admitió Cavallieri, quien por ello anunció que mañana se pondrá en contacto con especialistas de Los Arcos para iniciar la asistencia sicológica. Si bien River, dijo el médico, tiene sicólogos que trabajan desde infantiles, anunció que la tarea de sostener a Buonanotte será con profesionales de Los Arcos, porque es un "trabajo en conjunto".
A poco de dar Cavallieri el parte médico, que dio cuenta de que Buonanotte está "compensado" y "evolucionando dentro de lo previsto", poniendo reservas sobre su traumatismo pulmonar por el violento golpe que recibió, Teodelina despedía con dolor a tres de sus jóvenes residentes.
A esa hora del mediodía, los restos de Emanuel Fulcheri y Emanuel Melo, ambos de 21 años, dejaban la capilla ardiente de la Cooperativa de Agua Potable de Teodelina, y a la caravana se unía el cortejo con los despojos mortales de Gerardo Suñé, de 24, la tercera víctima fatal, velado en una sala privada.
DyN