Plano azaroso. Es lo que sobra en el Estado provincial. Las finanzas y la política oficial rionegrinas nunca son como parecen.
Saiz incita expectativas con los vaticinios para el 2010. Se abandona a los pronósticos de crecimiento económico del país y al respiro que le aportarán los 200 millones que le fiarán el Patagonia y otros bancos (el BCRA lo aprobó con la participación de ocho entidades, las que deberán confirmar si efectivamente aportan). La operación será una minúscula licencia a la espera de un plan nacional de refinanciación de los pasivos.
En sueldos de diciembre y aguinaldos la provincia requerirá de más de 200 millones. La deuda con proveedores, prestadores y constructoras se aproxima a los 100 millones. Estas cifras proclaman la rápida consumación de los fondos. Ahí no radica el paraíso.
El nivel de actividad económica -seguramente- mejorará, pero Río Negro sostendrá sus penurias en estructuras envejecidas y la omisión de las reformas necesarias. Organismos y empresas atascados en servicios, insuficientes y costosos.
El Ipross resume esa naturaleza. A dos años de su asunción, Alcides Pinazo poco pudo o poco hizo para alterar esa esencia. Sólo existieron bosquejos y, ahora, las menguadas arcas engendran otras urgencias.
Volvieron los cortes de servicios por el aumento de obligaciones por pagar con los prestadores, que ya rondan los 20 millones.
Un informe en Hacienda es fulminante sobre la salud del Ipross. El Estado conserva el subsidio con 22 millones pero, aun así, la obra social promedia ingresos mensuales de 122 pesos por afiliado cuando los egresos superan los 190 pesos. El contraste concluye -indefectiblemente- con deudas acumuladas en el Estado.
Existen soluciones en análisis. Concentrar las consultas generalistas en un centenar de médicos contratados y la instalación de farmacias propias. Ambas son medidas de fuertes implicancias políticas, pues expresan regateos de altos intereses económicos.
La posibilidad de su práctica ya sería buena para el debate de la obligada reformulación del Ipross. Pero, por cierto, esos proyectos poco margen ofrecen si la obra social persiste en su statu quo. La dificultad se transforma en parálisis. Así, el proceso licitatorio del contrato cardiovascular -que concentra hoy la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén- cayó en el letargo por la disputa prestacional entre el centro cipoleño y sus pares roquenses.
Una pausada informatización y ciertos convenios -poco explicables- denotan el modesto resultado del Ipross de la actual administración.
La obra social contrató a Epilogue SA -cuyo nexo interno es un puntero radical, Alejandro Asís, quien curiosamente no tiene nombramiento en el organismo- por 30 plazas hoteleras diarias en Buenos Aires (se reduce a 15 habitaciones dobles). Los desembolsos por hospedaje se triplicaron.
Hablan de mejor servicio y de mayor cantidad de ofertas. Argumentos enclenques. La principal fragilidad reside en la direccionalidad del negocio hacia esa firma. Otros convenios repiten iguales características.
Esta semana, el instituto renovó obligaciones con los prestadores con un nuevo costo. Un 22% superior. Se ratificó el tradicional camino elegido.
El organismo no contrasta con la circulación provincial, siempre permeable a contratos con privados pero esquivo a los cambios estructurales de sus organizaciones. Sólo esa sustancia se transfigura cuando aparecen vaivenes impropios.
La desventura financiera siempre estruja.
La Unter impondrá este martes su reclamo salarial cuando se reúna en paritaria. Educación buscará su postergación por la demora en las pautas nacionales. La Justicia plantó su línea institucional: un 15% de incremento a partir de enero. El STJ fundó ese dispendio en que mantiene colgado el aumento que dispuso la Justicia nacional en el 2009.
Avanzadas para un año igualmente embarazoso.
Saiz codicia un cuadro previsible, tanto que le permita continuar con su ensayo reformista. Los trances salariales ajan cualquier espacio político.
"No me saqué ningún sayo de la reelección porque nunca me lo puse", repitió insistentemente esta semana frente a distintos medios.
Transmitía su malestar por un título de "Río Negro". Su fastidio deberá rastrearlo en cuevas más cercanas. Aquellas que promocionan su continuidad. En octubre, el ministro César Barbeito confesó el plan de la re-reelección. Tanta sinceridad le valió días de silencio y de gruñidos contenidos, el enmascarado desagrado de Saiz.
La cena de noviembre con el grupo Residencia fue otra prueba concluyente. Se le planteó su tercer mandato. Nadie escuchó allí que el gobernador desestimara esa alternativa. Sólo insinuó que no era oportuna su instalación.
Todo es un ensayo que se profundizará en el primer trimestre. Pretenderá enfilar a los diputados para aprobar el proyecto de la necesidad de la reforma. El último plazo es abril, si pretende que la elección se cumpla en el 2010. El levantamiento interno es el plan elegido para la imposición en el bloque. El intento más audaz de adoctrinamiento está reservado a la convocatoria de la Convención.
El propósito inicial está cumplido. El gobierno retiene su iniciativa.
Así, erosionó al vicegobernador Bautista Mendioroz en su potencial candidatura.
Hace dos años, recién iniciado su segundo mandato, Saiz declaró en una entrevista a "Río Negro": "Tengo algo en claro. Quizás no tenga la llave para crear un candidato, pero sí tengo la llave para destruir a todo aquel que saque la cabeza antes de tiempo". Ya pensaba entonces en Mendioroz.
El diálogo de ambos es casi inexistente. Siempre se sospecharon y, ahora, se reprueban en privado aunque se esfuercen por manifestarse convivientes en público.
Saiz aspira al acompañamiento legislativo y Mendioroz pretende garantías para su candidatura al 2011. Un escrito de promesas a futuro fue esbozado por una emisaria del vice pero no avanzó -por ahora- en el interlocutor gubernamental.
Ambos y el oficialismo pleno ceden en sus aventuras frente a las desaventuras que asoman con las malas novedades. Esos caminos que puedan transferirlos al desierto del poder.