Si usted ya fue víctima de un arrebato en la vía pública, de un robo en un bar, de un hurto en el box de un cajero, habrá aprendido que hay comportamientos, negligencias propias, que no deberá repetir. Si tiene la suerte de no haber sufrido nunca un hecho de ese tipo, deberá saber que, según los expertos, evitar ser víctima de la "violencia urbana" es "90 por ciento prevención, 5 por ciento reacción y 5 por ciento suerte". Así lo afirman la Capitana Mónica del Carmen Gattica y el Capitán Sergio Gustavo Ríos, quienes desde la Comisaría Séptima de la localidad bonaerense de Pilar elaboraron y difundieron una suerte de "manual contra la inseguridad para el ciudadano desprevenido".
No se trata de cargar culpas sobre las víctimas ni de responsabilizar por lo ocurrido a quien sufrió un robo. La inseguridad es un problema complejo, mayor, estructural; pero como ciudadanos es bueno saber cuánto y cómo podemos aportar para reducirla.
Tampoco se trata de generar paranoia colectiva ni desconfianza en todos los que nos rodean. Este informe, simplemente, intenta transmitir la experiencia profesional que dos jefes policiales bonaerenses han compilado como "consejos básicos de prevención de delitos".
"El delincuente siempre elige lo más fácil, es decir al más desprevenido", advierten como primera medida.
"Nada está garantizado en un 100 por ciento cuando se trata de seguridad", afirman Gattica y Ríos, pero sus conclusiones demuestran que mucho aporta la víctima a la hora de convertirse en blanco de un oportunista asaltante. La cartera mal llevada, la puerta del auto sin llave, el caminar desprevenido, la ingenua salida nocturna desde un cajero automático. Todo juega a favor del delincuente y aporta a la inseguridad.
Cinco etapas se identifican en la metodología básica de cualquier asalto: la elección del blanco; su identificación; la vigilancia al blanco; el planeamiento del ilícito y, finalmente, el ataque. En cada una de esas etapas la víctima es el sujeto "pasivo", aunque su actitud puede favorecer al sujeto "activo", es decir, al delincuente. "Lo acertado es actuar en forma preventiva. Lo equivocado es pensar que no le va a ocurrir a usted", sostienen. Tan sencillo -y muchas veces olvidado- como ese es el consejo de los especialistas.
La elección del blanco, explican los capitanes bonaerenses, "puede llevar meses, días o apenas unos segundos. Es la fase en que el delincuente elige a quién atacar". Tras la elección viene la identificación: buscan al más débil, al más distraído o al que tiene en su poder lo que el ladrón quiere (dinero, un determinado modelo de auto, artículos de electrónica, un maletín, etc.).
La vigilancia "es el mejor momento para interrumpir la acción del delincuente", afirman, porque es el período en el que el autor evalúa la situación antes de actuar. En esta instancia el sujeto no está en situación de ataque sino de observación. Cuando ya tiene todo lo que necesita, sólo resta la planificación, es decir, la definición de cómo atacará, por dónde y cómo escapará, y qué utilizará para el asalto.
El ataque es "el peor momento para interrumpir la acción del delincuente", afirman Gattica y Ríos. "En esta fase ya no hay cómo hacer prevención y menos del 5% de las acciones de interrupción tiene éxito", sostienen. Es que durante un asalto, normalmente el delincuente "está nervioso" y por eso una reacción inadecuada de la víctima "es una actitud de altísimo riesgo".
Si, pese a todo, el 5 por ciento de (mala) suerte que reconocen los especialistas determina que el robo finalmente ocurra, entonces la víctima debe saber cómo reaccionar. Diez consejos sencillos podrían salvarle la vida:
1. Permanezca en calma.
2. Pida calma al delincuente.
3. Hágale sentir que él controla la situación.
4. Nunca se resista, entregue los objetos que le pida. Evite llevar grandes valores, documentos importantes u objetos que estima mucho, para no caer en la tendencia psicológica de resistirse al asalto.
5. No transmita rabia o sentimientos de venganza.
6. Recuerde que contra un arma de fuego no existe fuerza física suficiente.
7. Un ladrón drogado o borracho tiene los reflejos alterados. Por eso, haga todo con mucha calma y con movimientos suaves.
8. Nunca provoque situaciones que hagan sentir al delincuente que está perdiendo el control de la situación.
9. Nunca reaccione ante agresiones físicas contra usted o contra sus acompañantes.
10. No olvide que el objetivo principal es sobrevivir al asalto.
Contra lo que muchos creen, los expertos recomiendan "ignorar las provocaciones" en el tránsito, en los bares, en locales bailables y en la vía pública. "Esto es signo de inteligencia y no de cobardía", enfatizan.