El trabajo del INTI comprendió la utilización de tres sistemas de construcción utilizados en el país, evaluando su comportamiento término según distintas normas.
Se utilizó la metodología sin aislación, como actualmente se construye en la Argentina, posteriormente se aislaron los techos y muros con aislante térmico convencional de conductividad media de 3 y 2 y finalmente se cambiaron las carpinterías de vidriado simple por vidriado doble hermético. Esto se aplicó a una construcción tipo casa y a otra tipo edificio.
Como resultado, se llegó a un ahorro del 45% aproximadamente aislando muros y techos, valor que puede superar el 50% si también se emplea doble vidriado hermético en las carpinterías.
También el trabajo evaluó cómo se producen pérdidas de calor o de frío, según sea el caso, por deficiencias en la construcción y en la carpintería, arribando a resultados notables, que pueden ser perfectamente evitables con la aislación correspondiente.