NEUQUÉN (AN).- A sólo dos pesos se consigue un librito de la Constitución nacional. Las tapas son de cartulina blanda, celeste y blanco, las hojas de papel económico y salvo el polvo que lo cubre, el estado es bueno. Eso sí, fue impreso hace treinta años y naturalmente no contiene las reformas del 94.
Dicho en otras palabras, desactualizado, hoy no sirve como material de consulta. Pero en la feria del barrio Unión de Mayo, en el polvoriento predio de 500 m2 de avenida del Trabajador y Rufino Ortega, lo venden los domingos.
Desde un libro que no sirve, a un cachorro de caniche toy a 80 pesos o un Rottweiler, macho o hembra, a elegir, a 150; una camioneta F-100 a 12.000 pesos; dos porciones de mozzarella y un vaso de gaseosa, fresca, a 3 pesos; un terreno; una casa; un disco compacto de música o película; un ananá a 10 pesos; dos kilos de durazno a 15 o de manzana a 5; ropa, nueva o usada, de la que busque; un faro de Toyota, 08/09, trasero, a 200 pesos; celulares, de los más simples a los más sofisticados; todo eso y mucho más hay en la feria.
La oferta de comida al paso es amplísima: choripán, tortas fritas, papas fritas, pastelitos de dulce, empanadas, helados, ensalada de fruta.
También hay un comedor. En un cobertizo con polietileno negro como techos y paredes, al que hay que entrar agachado, se amontonan los comensales a degustar guisos, potajes y puchero de caracú.
Tiene una particularidad el lugar: tanto las señoras que sirven la comida como los clientes son bolivianos, casi exclusivamente. Y los comensales son a la vez feriantes. No se observan las mínimas condiciones de higiene.
En Unión de Mayo hay 320 puestos fijos -el feriante paga 5 pesos por un sector de 3x3- y 400 circunstanciales -venden ropa, zapatos u otro artículo usado- y su aporte de dos o tres pesos es voluntario. Concurren alrededor de 5.000 compradores.
¿Por qué tantos feriantes? "Es una alternativa laboral para muchos que como yo se quedó sin trabajo y ya pasamos los 50 años. Vendo verdura y salvo los lunes, el resto de los días voy a todas las ferias de la ciudad", dijo Florentino "Tino" Grosso, el "alma máter" de Unión de Mayo.
"Tino" es el coordinador, el nexo entre el municipio y los feriantes. "Esta feria anda bien porque estamos organizados. Nunca tuvimos problemas, de ningún tipo. Contratamos los baños químicos, pagamos 80 pesos a dos personas para que los mantengan limpios, tenemos agua potable, ahora queremos que la luz, para las heladeras para la comida ¿vio?" , comentó.
"Para varios es su trabajo habitual. Es también un ´rebusque. Hay muchos empleados públicos que se hacen un pesito más en estos lugares. Hay amas de casa que produce una artesanía, un tejido, lo venden y para ellas todo es ganancia", dijo Gabriela Fojo directora de Desarrollo Local del municipio, a cargo de las ferias.
En el Parque Central hay 900 feriantes y estiman que hay jornadas con 10.000 visitantes.
¿Por qué tantos compradores?
"No es fácil responderlo. Ventajas hay, pero no son tantas. En la verdura los precios son similares, aunque la ventaja es que ofrecen productos frescos. El que produce la verdura -de Centenario-, la miel -de Plottier, Rincón de los Sauces- sí garantiza productos frescos y la gente sabe", señaló Fojo.