El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llevaba apenas un día de vacaciones cuando la responsabilidad de su cargo volvió de forma brutal para devolverlo a la realidad. En lugar de poder disfrutar de las soleadas playas de Hawai, Obama pasa ahora en contacto directo con sus más estrechos asesores de seguridad. El motivo: el atentado fallido que un joven nigeriano de 23 años intentó en un avión estadounidense con 278 pasajeros a bordo.
En medio de la crisis económica y tras el cambio en la Casa Blanca, el terrorismo no representaba ya para los estadounidenses una preocupación tan central como años atrás. Pero justo el día de Navidad, ese viejo temor renació de forma repentina, aun cuando todavía no se conozcan con precisión las circunstancias del incidente.
Las circunstancias del ataque fallido recuerdan al intentado por el británico Richard Reid en el 2001. El nigeriano Umar Farouk Abdul Mutallab llevaba un explosivo fijado en la pierna, en tanto que Reid, en su intento también perpetrado en Navidad, lo llevaba oculto en un zapato. También en el 2006 las autoridades británicas desbarataron un plan de varios terroristas que pretendían detonar explosivos líquidos a bordo de diversos aviones, todos con destino a Estados Unidos. La trama pudo haber matado a hasta 2.000 personas, estimaron entonces los investigadores.
Desde el caso de Richar Reid, los pasajeros con destino a aeropuertos estadounidenses deben quitarse los zapatos al pasar los controles. Luego se limitó también la cantidad de líquidos que un pasajero puede llevar a bordo. Pero estas medidas no frenaron ni detectaron a Abdul Mutallab. "O los controles de seguridad en Amsterdam (el aeropuerto más seguro del mundo) funcionaron mal, o no son del todo efectivos", aventuró un corresponsal de televisión.
La Comisión Europea se apresuró a anunciar que revisará si se están cumpliendo todas las normas de seguridad en los aeropuertos del continente. Entre tanto, los pasajeros tendrán que armarse de paciencia después de que Obama ordenara reforzar las medidas de seguridad en aeropuertos. Y esto justo cuando parecía que la situación en los aeropuertos estadounidenses comenzaba a distenderse: en octubre, la autoridad de seguridad en el transporte (TSA) anunció que en breve volvería a liberalizarse la cantidad de líquidos admitida en equipaje de mano.