Con su fortaleza física como bandera, Cleveland dio un aviso a los todopoderosos campeones de la NBA, Los Angeles Lakers y los derrotó en el mismo Staples Center por un contundente 102-87. La impotencia mostrada por los jugadores locales llegó incluso a provocar la ira de la frustrada afición angelina, que protestó con una lluvia de manos de espuma sobre la cancha.
Mo Williams, con 28 puntos, y el inevitable LeBron James, con 26, fueron los artífices de la victoria visitante en Los Angeles. Kobe Bryant fue el mejor de los locales con 35 puntos, pero también erró muchos lanzamientos (11 de 32).
El publicitado "show" de Navidad que iban a protagonizar las dos superestrellas de ambos equipos, James y Bryant, se quedó en nada ante la superioridad mostrada por los Cavs en un partido que bien podría ser un anticipo de la final de la NBA.
Los Lakers afrontaban el partido con el mejor balance de la liga, 23-4, y después de haber ganado 16 de sus últimos 17 partidos. Sin embargo, fueron doblegados a partir del segundo cuarto y se terminó la racha de 11 triunfos seguidos en casa.
En otros cruces, Boston se impuso a Orlando, 86-77; Portland hizo lo propio ante Denver, 107-96; Miami venció en el Madison a New York, 93-87; y Phoenix le propinaron una paliza a los Clippers de Los Angeles, 124-93.