En julio del año pasado el titular del Ipross, Alcides Pinazo, anunció en una reunión con afiliados de Villa Regina que el convenio de exclusividad entre la obra social y la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén no iba a ser renovado.
Sin embargo, los meses pasaron, la licitación quedó a mitad de camino y ahora hay prestadores del Alto Valle que sospechan que sus "colegas" de Cipolletti no perderán ninguno de los beneficios que les otorga el Estado desde hace años.
La puja para que se abra el convenio a más de un prestador en la provincia comenzó a intensificarse a partir de la elaboración de los pliegos para esa eventual licitación relacionada con el tercer nivel de atención. Según indicaron fuentes del sector a este diario, cuando referentes de la Federación Médica y de la Federación de Clínicas analizaron las condiciones que requería la obra social advirtieron la posibilidad de un direccionamiento hacia la Fundación Médica. El malestar derivó en cartas documentos enviadas al Ejecutivo provincial y a partir de allí las definiciones se demoraron.
Pero la convocatoria a un encuentro que se realizará mañana en Viedma reactivó el alerta de los directivos de la Clínica Roca y el Sanatorio Juan XXIII, que ayer mantuvieron una nueva reunión para acordar una postura común. En esa charla se comentó lo llamativa que resulta la fecha del encuentro, por ser la última semana del año y cuando en la capital es prácticamente nula la actividad administrativa.
La actividad organizada por el Ipross es un ateneo sobre casos judicializados y una jornada sobre el modelo prestacional, que se realizará en la sede del IPAP. Como uno de los ejes de debate será "prestador único versus diversidad de prestadores", los referentes de los centros privados roquenses entienden que la obra social no descarta extender la exclusividad a la Fundación Médica.
Cabe recordar que el modelo actual obliga a todos los afiliados del Ipross que necesitan prestaciones de hemodinamia o cirugía cardiovascular a trasladarse hacia Cipolletti.
Los prestadores roquenses defienden su postura afirmando que en la ciudad existe la misma calidad de servicios y por lo tanto no hay necesidad de realizar y pagar tantas derivaciones.