Varios testigos de la causa Temux confirmaron que el 25 de febrero de 2005 el principal ejecutivo de la empresa, Daniel Calabria, llegó a la sucursal Buenos Aires del BPN con dos camiones blindados que transportaban siete millones de pesos. La intención era depositar esa suma en la cuenta corriente de la firma, con lo cual el saldo deudor quedaría reducido en forma sustancial. Pero no se pudo concretar la operación porque el interventor en la sucursal, Pablo Nogués, se negó a aceptarla debido a que ya se había cerrado el horario bancario. La negativa produjo un serio incidente entre Nogués y Calabria.
El único de los deponentes que desconoció el episodio fue el mismo Nogués. Dijo que se hizo cargo de la gerencia de la sucursal el 25 de febrero de 2005, en reemplazo del suspendido Carlos Herrera, y que desde el día siguiente comenzó a rechazar cheques de Temux y de otra empresa del grupo, hasta sumar unos cien en la primera semana.
Habló también de que Temux "traía dinero fuera de tiempo" y de que por los cheques sin fondos tuvo una reunión con Calabria y con otro ejecutivo del grupo Temux, de apellido Troiani, quienes "cubrieron los cheques a la tarde". Dijo que "en ese momento" Calabria lo amenazó y que él le ratificó que "los depósitos se hacen dentro del horario".
Luego se extendió en consideraciones respecto de operaciones fraudulentas de comercio exterior. Dijo que verificó que "se adelantaban en cuenta supuestos fondos provenientes del exterior" correspondientes a exportaciones de Temux que, en realidad, no se habrían concretado y señaló a tres empleados responsables: Alberto Cáceres "y dos personas más que cargaban y controlaban la gestión, Hoch y Corrado". Cáceres fue imputado por Pablo Vignaroli, pero Hoch y Corrado no.
Lo curioso es que cuando a Nogués le preguntaron sobre si, durante su gestión en la sucursal, se había presentado "gente del banco (seguramente, se ha querido decir de Temux) con dos camiones blindados con custodia fuera de horario con siete millones de pesos", contestó, secamente, "que no".
Otros dicen que sí
El testigo que da más detalles sobre el episodio es Rubén Darío Rodríguez, delegado del personal de la sucursal. Dijo en su testimonial que un viernes de febrero del 2005, Daniel Calabria, de la empresa Temux, previo avisar que llegaría después de hora para realizar un depósito y habérselo negado, se presentó en la sucursal Buenos Aires alrededor de las 16 horas".
Y sigue: "Es atendido por Pablo Nogués, que se encontraba reemplazando a Herrera desde el día anterior, quien se niega rotundamente a recibir el depósito". Se originó una discusión, que el testigo podía escuchar desde su oficina, "ya que la misma se encuentra a no más de dos metros de distancia de la gerencia". Dijo que "Calabria se dirigía a Nogués indignado y a los gritos, amenazando incluso con golpearlo si no accedía".
María Gabriela Rivero, contadora de la sucursal, estaba en uso de licencia cuando se produjo el incidente, pero lo conoce "de oídas" porque le comentaron que los protagonistas "estuvieron a punto de llegar a las manos".
Otro testigo, Andrés Primac, dijo que la discusión "fue muy fuerte, tanto que los gritos podían escucharse desde su puesto de trabajo" y que el motivo, según le comentaron, fue que Nogués se había negado a recibir un depósito de Calabria.
El 11 de diciembre último, después de negarse a prestar una declaración indagatoria, el mismo Calabria dejó un escrito en el que precisa que "la empresa siempre depositaba hasta las 17:30" y que luego de que Nogués se hiciera cargo de la gerencia de la sucursal Buenos Aires, "de un día para el otro" no se le quiso recibir un depósito a las 17:30 que compensaba cheques librados por un monto similar.
Quedan algunas preguntas que merecen respuesta.
Una, la de si la discordancia entre las declaraciones reproducidas no merece un careo y, eventualmente, la investigación de un eventual delito de falso testimonio.
Otra, que se origina en versiones sin confirmación, se refiere al destino que finalmente tuvieron esos siete millones que Calabria no pudo depositar. Al parecer, al juez de la causa, que ya no quiere seguir investigando, esas respuestas no le interesan.