Desde hace varios años, el debate acerca de quién podía ganar el Dakar en motos se limitaba a hacer un repaso de los pilotos de KTM, más que nada entre Cyril Despres y Marc Coma.
Todo cambió con el aumento de competitividad de las 450 cc. Los organizadores decidieron apostar por esas máquinas más confiables, más seguras y que gastan menos.
A fin de establecer una buena transición que terminará en totalmente las 450 cc, los pilotos de elite fueron admitidos a presentarse con sus 690 cc, pero a condición de limitar la potencia de los motores con un "restrictor", que reduce la llegada del aire.
Coma, el vigente campeón, y Despres, su rival número uno, mostraron su excepcional capacidad física, de navegación y de manejo.
Ellos conservan su etiqueta de favoritos en la línea de salida de Buenos Aires. Pero se redobló el apetito de los pretendientes en busca de gloria.
Las miradas se volverán hacia David Fretigné. En la pasada edición, el francés terminó detrás de los dos mejores.
En la próxima edición, podrá luchar con armas iguales por el título.
Por su parte, el holandés Frans Verhoeven, ganador de dos etapas en 2009, convenció a BMW de volver al Dakar con una 450 cc.
Del lado francés, la marca Sherco, ya competitiva en enduro, sueña con tener un papel en el rally raid. Su apuesta reposa en la espalda del galo David Casteu.
La rebelión puede empezar en el próximo Dakar.