Miércoles 23 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 36 > Policiales y Judiciales
A siete años, la desaparición de Nicola Henkler pasó al olvido

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- A siete años de la desaparición de la turista alemana Nicola Henkler, la búsqueda fue abandonada por completo porque no existe una hipótesis delictiva y nunca hubo pistas firmes sobre su paradero. La suerte corrida por la joven sigue siendo una incógnita. Ya no hay rastrillajes ni "videntes" que orienten la investigación, ni recompensa para quien aporte datos.

La joven alemana vivía en Dortmund y llegó a Bariloche el 17 de diciembre de 2002, luego de haber recorrido buena parte de la Patagonia. Se alojó en el hostel "La Bolsa del Deporte" y fue precisamente la responsable del albergue, Inés Tomba, quien radicó la denuncia el 23 de diciembre, alarmada por su prolongada desaparición. Al salir del albergue Nicola habría dicho que quería "estar un poco sola" y que caminaría por la costa del lago y por el cerro Catedral. Un testigo le adjudicó estar "triste", porque recordaba a su hermana y su sobrino. "Camino unas tres horas y vuelvo", le habría anunciado a otro, afirmando que regresaría a cenar.

Tomba consideró anormal que no regresara al albergue esa noche y asegura haber informado a la policía, pero recién al día siguiente le aceptaron la denuncia. En el cofre que le habían asignado a Nicola encontraron una bolsa de dormir, ropa, la fotocopia del pasaporte y un pasaje desde Santiago de Chile a Auckland, Nueva Zelanda, reservado para marzo de 2003. La desaparición de la joven causó preocupación porque en las dos semanas previas se habían producido cuatro asaltos con armas en circuitos turísticos tradicionales a visitantes extranjeros.

Las autoridades comenzaron una búsqueda siguiendo datos de "brujas" y "videntes". Luego, cuando los familiares de Nicola ofrecieron una recompensa, se guiaron por los que aseguraron haberla visto en La Angostura, El Bolsón y varios barrios barilochenses. Siempre apuntaron a los supuestos de un accidente o un suicidio, sin descartar una desaparición voluntaria ni la hipótesis delictiva. El juez Miguel Ángel Gaimaro Pozzi secuestró un auto y comparó los cabellos encontrados en el asiento trasero con el ADN de Nicola, pero el resultado fue negativo. Ésa fue la última pista conocida.

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