NEUQUÉN (AN)- Un mito cayó. Durante años se dijo que en Neuquén capital no podía producirse un asalto a un blindado porque la prevención bancaria era eficiente y porque la plaza no resultaba atractiva para las grandes bandas debido a la escasez de vías de escape.

Hace diez días hubo un aviso: desde un cerro le dispararon con un fusil a un blindado que recorría un desolado paraje cercano en Las Lajas.

Ahora el escenario se mudó a un hipermercado de la capital provincial, y el objetivo fue uno de los en apariencia invulnerables blindados que recargan los cajeros automáticos.

Hasta que el caso sea esclarecido, en caso que así suceda, se especulará sobre el poderío, sofisticación y profesionalismo de la banda que dio el golpe. También sobre su integración (locales, foráneos, policías, expolicías, y todas sus combinaciones).

Quienes hayan sido, aumentaron la deuda en materia de seguridad del gobierno provincial, ya manifestada por desaciertos tales como los cambios de funcionarios en esa área, la falta de interacción con el Poder Judicial para diseñar políticas criminales eficaces, y la elaboración de un promocionado mapa de bandas delictivas que quizá permita mantener bajo cierta vigilancia al raterismo cotidiano, pero no sirvió para prever el duro golpe que se estaba planificando.