Martes 22 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 37 > Deportes
El iluminado
Messi, el primer argentino en ser el mejor jugador FIFA. Broche dorado para un 2009 inolvidable.

La vida de Lionel Messi tendrá un antes y un después luego de este 2009 plagado de éxitos y reconocimientos.

Pocas veces el premio Jugador Mundial de la FIFA estuvo tan cantado como ayer en Zúrich. La cosecha de premios y reconocimientos ha sido constante en el año del rosarino, que ha sido uno de los motores del histórico récord de seis títulos en un año con el Barcelona: Liga de Campeones, Liga española, Copa del Rey, Supercopas española y europea y, finalmente, el Mundial de Clubes, el sábado en Abu Dhabi ante Estudiantes.

Además del Balón de Oro, que otorga anualmente la revista France Football, también ha logrado éxitos personales, como la designación como mejor jugador del Mundial de Clubes o el título de máximo goleador de la Champions 2008-2009, con nueve tantos, el último en la final ante el Manchester United (2-0).

"Estamos muy felices y nos estamos acostumbrando a los buenos momentos", comentó Messi a la prensa tras recoger su trofeo, el primero de su carrera y también el primero para un representante argentino. El triunfo de la Pulga, como ya ocurriera en la votación del Balón de Oro, fue incontestable y obtuvo un total de 1.073 puntos, triplicando al segundo, Cristiano Ronaldo (352) y con un cómodo margen sobre el tercero del podio, su compañero del Barça Xavi Hernández (196). Por detrás, el brasileño Kaká fue cuarto (190) y el español Andrés Iniesta (134)

La apuesta del club catalán por los futbolistas formados en su escuela de La Masía tiene en Messi, de 22 años, a su símbolo más representativo: un jugador que llegó a Cataluña siendo un adolescente y que ha deslumbrado con su talento, sin perder la humildad ni olvidarse de los méritos de sus compañeros.

Con muchos de ellos ha coincidido en las categorías inferiores azulgranas, de las que han salido integrantes de la primera plantilla, como Xavi, Iniesta, Víctor Valdés, Carles Puyol, Sergio Busquets, Gérard Piqué o Pedro, entre otros.

A pesar de la llegada a golpe de billetera de otras figuras, como el francés Thierry Henry o el sueco Zlatan Ibrahimovic, el Barça ha hecho el mejor año de su rica historia poco a poco, dando forma a un bloque construido con hombres que siendo casi niños llegaron a La Masía con la ilusión de jugar en primera. Lograron algo más que eso.

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