Si algo caracterizó a las fechas de clausura en los distintos hípicos de la zona fue la poca concurrencia y el síntoma de "cansancio". La excepción fue la última del año en el hipódromo de Neuquén con unas 2.000 personas que buscaron la mejor sombra del predio para combatir los más de 30º de temperatura.

La calidad de los ejemplares no fue la del "calibre" del "Pellegrini", pero en contrapartida las pruebas fueron numerosas y brindaron buen espectáculo para los presentes.

También estuvo "Papá Noel" para los más chicos y los propietarios sumando nuevos adherentes. Lo mejor: la recuperación de los jockey Esteban Tanuz y Walter Donaires, después de las rodadas. ¡Felicidades para toda la familia burrera!