NEUQUÉN (AN)- "Para buscar a estos tipos me he metido en cada lugares que si mi papá se enterara?", cuenta Fabiana Montecino (27), y llora pero también sonríe por primera vez en mucho tiempo. Le acaban de informar que Julio Vera, uno de los presuntos asesinos de su padre, recibió la prisión preventiva.
Fabiana fue una pieza clave que permitió atrapar a Vera cinco años después del asesinato de Juan de Dios Montecino. Tal como reveló este diario el pasado 5 de diciembre, encontró a una testigo que se animó a contar lo que sabía y así se reactivó una investigación paralizada.
A Montecino, albañil oriundo de El Cholar de 49 años que "trabajaba de sol a sol" según cuenta su hija, lo mataron al menos tres personas el 23 de abril de 2004. Fue para robarle la importante suma de dinero que llevaba encima con la cual tenía planeado, al otro día, pagar la reparación del motor de su camioneta.
Desde ese día y hasta hoy Fabiana, la menor de tres hermanos, no paró de buscar a los asesinos. Además del dolor, la movilizaba la obsesión por averiguar "qué pudo haber hecho de malo mi papá para que lo mataran de esa manera".
Jugadora de fútbol amateur, se inscribió en un equipo y así conoció a la testigo clave, que este diario identifica como S. "Es una maravillosa chica, nos hicimos muy amigas, ella vive en malas condiciones, discriminada por la sociedad; es muy vulnerable y yo he tratado de ayudarla".
Un día la testigo visitó a Fabiana en su casa y se puso a mirar las numerosas fotos de Juan Montecino que ella tiene por todas partes. Fue entonces cuando le reveló: "yo sé algo que te puede alegrar el corazón y no te lo he dicho. ¿Sabés quién mató a tu papá? Fue Julio".
Fabiana trata de que el cronista se ponga en su lugar: "imagínese: yo vivía en un mundo de incertidumbre, sin saber por qué a mi papá le habían hecho eso. Me acostaba y me despertaba llorando, me preguntaba qué cosa tan mala pudo haber hecho para que le causen tanto daño. Se ensañaron pegándole de todos lados, ni a un animal se lo mata así. Tiene un golpe que le hundió el cráneo 5 centímetros, le pusieron 15 puñaladas y tiros en el corazón".
La revelación de S., si bien fue un año después del homicidio, le cambió el ánimo por completo y le dio nuevas fuerzas a Fabiana.
"Coincidía con todo. Me acordé de la declaración de un testigo que estaba en el lugar del crimen y escuchó que uno de los autores gritaba "matalo Julio matalo".
También me contó que al Julio se le cayó el cargador de la pistola, y en el lugar encontraron el cargador, y me contó de la documentación que le robaron a mi papá, de la ropa con sangre?"
El viernes, cuando habló con "Río Negro", acababa de enterarse del dictado de la prisión preventiva a Vera.
Después de mucho tiempo, hubo más sonrisas que lágrimas.