Viernes 18 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 16 > Regionales
Denuncian presiones de otros mapuches para que dejen campos
Familias radicadas cerca de Mencué piden frenar los hostigamientos

MENCUÉ (AJ).- Pequeños productores mapuches de la zona de Mencué denunciaron un constante hostigamiento, persecución y amenazas por parte de integrantes de una comunidad indígena para que abandonen los campos que vienen trabajando desde hace de más de medio siglo.

Varios campesinos afirmaron a este medio que desde que se formó la comunidad mapuche del lugar y a partir de la decisión de muchas familias indígenas de comenzar a ocupar tierras en distintos lugares de la Región Sur, reclamando supuestos derechos ancestrales, comenzaron a ser presionados e intimados para que se vayan.

Junto a su esposo Roberto Arias, doña Orfelina Lincopán, trabaja un pequeño campo en la zona de Blancura Centro, ubicado a escasos kilómetros de Mencué. Esa propiedad la compró hace más de 30 años y cría allí unas 300 ovejas y algunas chivas. Según señaló ayer la mujer a "Río Negro", desde el 2002 en adelante comenzó a ser presionada e intimada a través de cartas documentos y notas por el lonco de la comunidad mapuche del lugar, Antonio Maliqueo y por el asesor, Enrique Meli.

"Yo compré esas tierras y las trabajo desde hace más de 30 años. Todos los vecinos saben quién soy. Soy tan mapuche como quienes me presionan para que me vaya del lugar, sólo que no pertenezco a la comunidad. Nunca me vinieron a ver ni me dijeron los motivos porque quieren que deje el campo que compre de buena fe y tengo los papeles. Me intimidan a través de cartas documento", señaló.

La mujer, quien durante el período escolar reside en Mencué porque tiene varios hijos que van a la escuela, agregó que durante los últimos años en varias oportunidades visitaron el lugar altos funcionarios de la Dirección de Tierras y Colonias para reunirse con la comunidad, pero siempre se le impidió el acceso. "La última reunión fue en noviembre y cuando terminó me acerqué a la gente de Tierras y le pregunté por qué me quieren desalojar y tampoco me supieron dar una explicación lógica", agregó.

Otros campesinos también admitieron presiones por parte de la comunidad para que desalojen los campos que trabajan. Una mujer que se identificó como la madre de Raúl Carú sostuvo que trabajan un campo de una legua de superficie en la zona de Quilamalar desde hace 50 años. Allí crían unas 200 ovejas y chivas. "Si bien ahora la situación se ha tranquilizado un poco, hemos tenido algunos inconvenientes porque quieren que desalojemos", contó.

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