La cumbre de Copenhague sobre el cambio climático entró este viernes (18/11) en su decisiva recta final, con la llegada del presidente estadounidense, Barack Obama, y la discusión entre jefes de Estado de una declaración que permita impulsar la consecución de un acuerdo.
Obama llegó a la capital danesa hacia las 09H00 locales (08H00 GMT) para intentar, junto a los otros 120 jefes de Estado y de Gobierno presentes en Copenhague, salvar las negociaciones internacionales destinadas a forjar un nuevo acuerdo mundial de lucha contra el cambio climático. En ese mismo momento, un grupo restringido de unos treinta mandatarios y otros altos representantes reanudaba sus discusiones a puerta cerrada en torno a un proyecto de declaración política que siente las bases de un acuerdo.
Este grupo está compuesto por representantes de todas las regiones. Incluye a países industrializados (EEUU, Unión Europea, Japón, Rusia, entre otros) y a potencias emergentes y grandes países en desarrollo (como China, India, Brasil, México y Colombia). Esos treinta líderes políticos ya se habían reunido el jueves por la noche para trabajar en la elaboración de una declaración que sirva de introducción a los dos textos del acuerdo propiamente dicho, negociados bajo la égida del Protocolo de Kioto y de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
"Hemos tenido un diálogo muy fructuoso y constructivo", declaró a los periodistas al término del encuentro el primer ministro danés Lars Loekke Rasmussen, que preside la conferencia. Pero "estamos aún lejos de un resultado", precisó. Cuando los jefes de Estado y de Gobierno se retiraron a descansar, fueron remplazados en la negociación por sus consejeros, que debían presentarles por la mañana un borrador sobre el cual seguir discutiendo.
"Las cosas evolucionan de forma más positiva que la pasada noche", declaró a la AFP la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi. "Mantengan la paciencia un poco más", se limitó a declarar la ministra danesa de Medio Ambiente, Connie Hedegaard, cuando faltaban pocas horas para el final de la conferencia.
Según un diplomático europeo, el texto en el que trabajan los líderes políticos se compromete a limitar el aumento de la temperatura media del planeta a 2º C, per no especifica ningún modo preciso de cómo lograrlo.
La Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático reúne desde el 7 de diciembre en la capital danesa a los delegados de 193 países como el objetivo de alcanzar un nuevo acuerdo de lucha contra el calentamiento global que entre en vigor a principios de 2013, tras la expiración de los compromisos del Protocolo de Kioto.
En estas dos semanas, la negociación registró escasos avances tanto en materia de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero como de financiación, enfrentando principalmente a Estados Unidos y China, los dos países con mayores emisiones de gases de efecto invernadero. "Ni Estados Unidos ni China pueden fallar en esta cita histórica, ni Estados Unidos ni China pueden eludir su responsabilidad ante el mundo", había afirmado el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en su comparecencia el jueves ante el pleno de la reunión. Coincidiendo con la partida de Obama de Washington, la Casa Blanca anunció que el presidente estadounidense mantendría conversaciones bilaterales con el primer ministro chino, Wen Jibao, el viernes.
Obama también preveía reunirse en Copenhague con sus homólogos brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y ruso, Dimitri Medvedev. Lula había advertido la víspera contra los riesgos de esperar hasta última hora para tomar decisiones. "Esta conferencia no es un juego en el que cada uno puede esconder sus cartas en la manga. Si esperamos a que nuestros socios hagan sus apuestas, podemos descubrir que es demasiado tarde y todos seremos perdedores", afirmó.
AFP