La investigación de la Universidad de Purdue, en Estados Unidos, analizó a 600 padres de entre 40 y 60 años, sobre cómo ayudaban a sus hijos adultos, comprobando que al menos una vez cada dos semanas los asistían desde entregarles consejos hasta ayuda económica.
A los más problemáticos su ayuda consistía, principalmente, en apoyo financiero, como una manera de mitigar sus dificultades. Mientras que a los hijos que les iba mejor, su apoyo era permanente, ya sea en consejos y dinero, sin necesidad de que lo pidieran. Un apoyo incondicional.
FUTURO ECONOMICO.
En el estudio, publicado en el Journal of Marriage and Family, su autora, Karen Fingerman, dice que hoy la trayectoria hacia el éxito depende de muchas habilidades y de gran preparación, lo que supone un gran costo en términos de dinero, tiempo e inversión emocional, del cual los padres se están encargando.
Ello ha retrasado la transición de la adolescencia a la edad adulta, lo que ha favorecido a que esa ayuda se extienda. Especialistas incluso hablan de una nueva etapa entre los 25 y 35 años, denominada "la edad de la odisea". Lo que en Chile se refleja, por ejemplo, en que entre 1992 y 2002 el número de estudiantes entre 25 y 35 años, pasara de 11% a 18% y que los hombres y mujeres mayores de 30 años que continúa viviendo con sus padres aumentase, en ese mismo período, en un 41% y 25%, respectivamente.
Esa inversión es vista por los padres como un modo de asegurar su soporte económico a futuro, dice el estudio. "Ciertamente, los hijos exitosos suponen una buena inversión para los padres, aunque también lo es rescatar a los hijos que están teniendo problemas. Por eso, aunque la mayoría de los padres desea emplear más tiempo en ayudar a sus hijos exitosos, también apoyan económicamente a aquellos problemáticos", indica la autora.
Fuente: La Tercera