¿Una sospecha saca a otra sospecha? Con las críticas a los árbitros a nadie se le ocurrió pensar en la incentivación. Esta vez, no hubo sospechas de dineros extras para ganar. En su lugar, el arbitraje fue el sospechoso de turno. Pero Boca y San Lorenzo salieron a ganar. Y ganaron.
Banfield fue un justo campeón, qué duda cabe. Ninguna, al menos futbolística. Porque las dudas aparecieron esta vez desde el arbitraje, algo que ya había ocurrido en el Vélez- Huracán (1-0), cuando en la última fecha del Clausura, Gabriel Brazenas se equivocó, favoreció a los de Liniers y enardeció a los de Parque Patricios, que aseguran ser ellos los campeones... si no fuera por Brazenas.
Unos días antes del domingo, Julio Falcioni ensayó un reclamo por las dudas. "Si hay un mandato para que salgan campeones desde Rosario, que nos digan", dijo el DT de Banfield, tras ganarle a Tigre (1-0). Fue un aviso: "Ya saben, ni no somos campeones, será por culpa de los árbitros". Pero en la definición los árbitros no fallaron. Y Falcioni calló.
Mientras tanto, la AFA parece regodearse en este estado de sospecha generalizada. Lejos de hacer algo para aclarar las cosas, hace cosas para oscurecerlas más. Como la decisión que tomó el propio Julio Grondona de bajar a Pablo Lunati de Boca-Banfield, después de haber sido legítimamente elegido.
"Para no exponerlo", fue la explicación de Don Julio, tras el polémico desempeño de Lunati en Newell´s-Arsenal (1-2, foto). Fue una reacción al pataleo de Newell´s, que se sintió perjudicado por el juez, que justo le tocó el partido de Banfield.
¿Y los informes de los veedores de AFA, que aprobaron el trabajo de Lunati y que legitimaban a Lunati a estar en el bolillero? Grondona y los suyos debieran preguntarse por qué hay que proteger a Lunati. Más aún, por qué Lunati llegó a ser un árbitro de Primera.
JUAN MOCCIARO
jmocciaro@rionegro.com.ar