NEUQUEN (AN).- No sería una novedad decir que Omar Dehais y el cuerpo técnico de Independiente dieron un paso al costado, que se fueron casi todos los jugadores, que hubo dirigentes dispuestos a "cortar cabezas". Lo cierto es que por ahora nada de eso ocurrió, porque en el plantel y el comando del Rojo aún intentan explicar lo "inexplicable", una derrota en Comodoro Rivadavia que quedará marcada en la historia negra del club neuquino. Un partido que no tiene antecedentes, que es difícil de entender.
Para los desprevenidos de turno, una mini explicación: Independiente disputó la segunda ronda del Argentino B, ganó de local en la ida 5-0 y el domingo cayó por 6-1 en los 90´, y 3-2 en los penales. Lo que parecía un imposible, se materializó.
Dehais atiende el teléfono y ríe de los nervios. Se lo nota tranquilo. La procesión irá por dentro. Seguramente.
-¿Cómo podés explicar lo que pasó en Comodoro?
-Tendría que analizarlo un psicólogo más que nosotros. Ellos dominaron el partido hasta el 2-0 y cuando descontamos creo que emparejamos el trámite. Pero todo cambió con el penal del 3-1: expulsaron a Manchafico, Huracán levantó anímicamente y se nos vino con todo. Era "a la carga barraca", un centro atrás del otro, tiros de media distancia, se jugaba adentro de nuestra área...
-Pero en un lapso de seis minutos les hicieron tres goles...
-Es que no podíamos salir, y la gente de afuera se volvió loca, alentaba, el piso estaba mojado, rápido, y no había forma de sacar la pelota... Creo que el mismo desorden de ellos nos puso nerviosos y nos descontroló.
-¿Qué es lo más reprochable?
-Nosotros sabíamos que el partido se iba a dar así, que ellos estaban re jugados e iban a buscar hacer goles sin tomar demasiados recaudos en defensa. Por eso creo que uno de los errores fue haber perdido tantos goles de contragolpe. Pero el mayor problema es que no tuvimos la suficiente madurez para cuidar el balón y tener orden. El partido lo perdemos todos, no lo supimos manejar, ni yo ni los jugadores. Fue algo insólito, en los últimos minutos nos nublamos, incluso yo.
-¿Pensás en renunciar?
-Yo tengo una idea formada, pero la vamos a charlar con los dirigentes. Creo que estuvimos demasiado solos, que luchamos contra todo. Siempre le pusimos el hombro y por eso no tengo nada que reprocharle a los jugadores. Pero los dirigentes ya saben lo que pienso y hay que ver qué quieren ellos para el próximo campeonato.
-¿En qué sentido?
-Ver qué metas tienen, porque si ellos quieren un salto de calidad, van a tener que traer otro cuerpo técnico y contratar otros jugadores.