Lunes 14 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 25 > Sociedad
Disputa internacional por la tenencia de los hijos de una pareja

A los 30 años, poca gente escribe un testamento. Pero Karl Heiss y su esposa Marisa no eran personas comunes.

Karl, un carpintero estadounidense, y Marisa, una trabajadora social argentina, vivieron un año en una carpa como las de los indios en los bosques del norte del estado estadounidense de Idaho. Les daban clases a sus hijos en casa, en inglés y en español, para que dominasen ambos idiomas.

También escribieron un testamento que enviaron a su amiga Libby Harvey para que lo guardase en su casa.

En octubre del 2008 visitaron a Harvey. Dos horas después de irse de la casa sufrieron un accidente de tránsito. Karl y Marisa murieron en el acto. Su hija de diez años, Aliana, padeció lesiones cerebrales graves, mientras que su hermanito Alden resultó ileso.

El testamento, con disposiciones precisas acerca de qué había que hacer con los niños si a ellos les pasaba algo, fue usado mucho antes de lo que se podía esperar. Y generó dilemas legales, médicos y culturales.

La primera disputa legal fue sobre la salud de Aliana, y si debía retirársele o no el respirador. El testamento decía: "Si muriésemos... los niños quedarían a cargo de (en este orden) Violeta Conti (madre de Marisa Bauducco), Carina Bauducco o Alejandro Bauducco. Si existiese la posibilidad, quisiéramos que los criasen en nuestra casa (de Idaho). Un mes al año quedaría reservado para Anna y Fred Heiss (los padres de Karl), para que los criasen como ellos quisiesen".

Hubo pleitos, discusiones sobre la validez legal del papel, fallos judiciales. En tanto Aliana comenzó a respirar por sí misma y mejoró bastante en la parte física. En mayo masticaba la comida y podía decir algunas palabras. Inició una terapia de rehabilitación que probablemente tome años.

Las disputas entre sus abuelos siguieron, ahora sobre el lugar donde debían criarse los niños. El juez Justin Julian, de Idaho, desechó los argumentos de los Heiss enumerando las razones por las que Conti no debía recibir la custodia y dijo que no veía razón alguna para ir en contra de los deseos de los padres de los niños. Decidió que Conti se hiciese cargo de ellos once meses al año y los Heiss, uno.

Los chicos se adaptan hoy a una nueva vida en Ushuaia; Alden va a la escuela y Aliana está bien atendida. Los Heiss pidieron que se los envíen en enero, pero sospechan que la familia de Marisa no lo hará. (AP)

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