Unos 3.000 camellos fueron ultimados a tiros desde el aire en un pueblo australiano, tras haber aterrorizado a la población durante días. Los cadáveres, desparramados en el desierto, tierra adentro, no pudieron ser filmados. El registro visual del controvertido episodio fue prohibido.
En medio de la polémica, los habitantes del pueblo desconfían de todos, los matarifes están indignados y las organizaciones de defensa de los animales están alarmadas e incluso han llamado en foros por Internet a boicotear el turismo a la región, informó la emisora ABC. Para muchos católicos, el desafortunado incidente coincide con las celebraciones navideñas y ésto no es de su agrado: en definitiva fueron los camellos los que llevaron a los tres reyes hacia la cuna de Jesús.
La administración de este territorio en el norte del país se venía enfrentando hacía dos semanas a dramáticos informes en torno al pueblo Docker River: 6.000 camellos habían asaltado la zona en busca de agua y los 350 habitantes del lugar se habían convertido en presos en sus propias viviendas. Los animales embistieron los desagües de los aparatos de aire acondicionado y destruyeron todos los bidones de agua que encontraron a su paso. En una foto puede verse un camello abriendo la puerta de una vivienda con el hocico.
Los habitantes de Docker River hablaban en realidad de unos 600 camellos -no 6.000- camellos rondando en el pueblo, ubicado unos 500 kilómetros al suroeste de Alice Springs, e indicaban que el resto de los animales se encontraba más lejos. La matanza comenzó la semana pasada, tal como estaba planeado, acechando a los animales desde helicópteros. "Primero se les dispara al cuerpo, luego al corazón y finalmente a los pulmones", explicó un portavoz del gobierno de Macdonnel Shire en declaraciones al diario "Northern Territory News". El plan indicaba que para el domingo a la noche se debía dar muerte a 3.000 animales.
Australia es mayormente conocida por sus canguros y koalas, pero en su territorio vive más de un millón de camellos, que fueron introducidos en el país hace más de 150 años como animales de carga. Con la aparición de los automóviles, los camellos fueron dejados a su libre albedrío y quedaron en estado salvaje. Se estima que las manadas se duplican aproximadamente cada siete años.
"Desde hace ya meses no había ninguna duda de que estos animales causarían problemas en Docker River", consideró ABC. "Los hechos son convincentes, ¿por qué deben ser sobredimensionados? ¿Por qué todo debe ser tan secreto?" Los comerciantes de carne acusan al gobierno de haber ignorado el problema por largos años. "Hemos intentado durante tres años ingresar al territorio y solucionar el problema por nuestros medios", dijo Harvey Douglas, administrador de un matadero en Queensland. La carne de camello no es muy apreciada en Australia, pero los mataderos exportan cada año 25.000 animales sacrificados a Cercano Oriente.
DPA