SANTIAGO (AFP) - El candidato independiente de izquierda, Marco Enríquez-Ominami, quien sacó cerca de 20% en la elección presidencial chilena, se abstuvo la noche del domingo de apoyar a cualquiera de los dos candidatos que definirán la segunda vuelta, el derechista Sebatián Piñera y el oficialista Eduardo Frei.
"Se hace imposible que abuse de la confianza que me han dado. No tengo ninguna posibilidad -porque me nace del alma- de llamar a endosar votos a otro candidato, no lo haré, y no lo haremos por respeto a los más pobres y más desamparados", dijo Enríquez-Ominami tras reconocer su derrota en las elecciones presidenciales del domingo.
"La vieja política está esperando señales que no va a recibir. Chile deberá elegir el 17 de enero entre dos proyectos que son más del ayer que del mañana, que son mucho más pasado que futuro. Ellos no son el cambio, ellos no son el futuro. Frei y Piñera se parecen demasiado", aseveró. Sin embargo, poco antes dio la impresión de una simpatía por el oficialismo, al señalar que "a mi no me de los mismo que gane la derecha, porque yo soy candidato presidencial. Yo no comparto la mirada de Sebastián Piñera sobre Chile (...) Yo los invito a todos a que nos unamos para derrotar a los conservadores, pero con ideas de presente, no con las ideas de 1940 ni los miedos de 1970".
En tanto, Jorge Arrate, advirtió que la "izquierda no le vaa dar a nadie un cheque en blanco" para el balotaje. Reiteró que es partidario "de que los candidatos que no son de derecha se junten para examinar bases políticas mínimas que permitan juntar fuerza en segunda vuelta".