Domingo 13 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 35 > Sociedad
Aventureros sobre ruedas en la Línea Sur
Tres norteamericanos recorren el trayecto de La Trochita en bicicletas especialmente adaptadas para montarla sobre los rieles del ferrocarril sureño.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El atractivo que ejerce la Patagonia sobre los viajeros de todo el mundo ya no es sorpresa para nadie. Y cada vez es más común cruzarse en sus polvorientos caminos con personajes que parecen hechos especialmente para alimentar el mito.

Richard Smart es un fanático de los ferrocarriles que años atrás fue pasajero de La Trochita en un viaje "chárter" desde Jacobacci a Esquel. De paso por El Maitén quedó fascinado con José Mariguán, un lugareño que en forma casera había adaptado una bicicleta para montarla sobre los rieles. El estadounidense se llevó la idea, fabricó un vehículo similar con algunas mejoras tecnológicas y no descansó hasta venir a poblarla al lejano Sur.

Cuando llegó con la idea de regalársela a su amigo de El Maitén le contaron que había muerto meses antes de manera imprevista. Tras superar la mala noticia, Smart no perdió la oportunidad de recorrer en su bici parte del trazado de la mítica Trochita, además de fortalecer vínculo con los pobladores de El Maitén.

Este año volvió con otros dos amigos norteamericanos y con un sueco. Entre los cuatro compusieron una llamativa caravana de bicicletas, todas con sus ruedas auxiliares para circular sobre la vía del antiguo tren.

Al llegar días atrás a El Maitén produjeron obvio revuelo entre los chicos y también algunos grandes, que se acercaron a intercambiar con los "gringos" aventureros, que no hablan palabra de castellano. Los visitantes habían partido desde Ñorquinco y tenían pensado seguir hasta Esquel, con sus vehículos "tracción a sangre" y hasta el equipaje a bordo.

A la misma hora y a pocos kilómetros de allí viajaban en sentido contrario Andy y Maia, una pareja de escoceses montados en una robusta moto con sidecar traída desde su país natal, con la cual ya recorrieron buena parte del continente.

Enfundados en cuero, y sabedores del rigor del desierto, ingresaron desde Chubut con rumbo a Ñorquinco y la meta de llegar cruzar toda la provincia hasta Viedma.

Admitieron que los caminos son difíciles pero están "acostumbrados". Cuando el cuerpo lo pide o el clima lo aconseja, acampan al costado de la ruta para luego retomar el viaje. Así han desandado largas extensiones de los Estados Unidos, México, Centroamérica, Colombia, Ecuador, Perú y Chile, para ingresar a Argentina desde el Sur, en un raid que comenzó el año pasado.

La moto tiene el asiento del acompañante a la izquierda (como es de práctica en las islas británicas), pero no parecen haber tenido problemas para circular "al revés" por las rutas del nuevo mundo.

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