ROCA (AR).- El traslado de un interno desencadenó en la madrugada de ayer un motín y un intento de fuga en el Establecimiento de Ejecución Penal 2 de Roca. Durante la protesta, que se extendió por más de diez horas, familiares de los detenidos quemaron neumáticos y arrojaron piedras en el acceso al penal, lo que motivó la intervención de la policía y un importante operativo en toda la zona norte.
Las primeras horas de gestión del subcomisario Darío Chacón al frente de la ex Alcaidía fueron desgastantes. A la fuga de un recluso que se encontraba en huelga de hambre se sumó un motín en el pabellón 3. El motivo fue la orden de traslado del interno Guido Ferrada Cortés, quien tiene condena firme de más de 20 años de prisión y está acusado en otros varios robos calificados.
Según se informó, "un problema de conducta" del joven detenido derivó en una sanción de 15 días y su posterior traslado al penal de Valle Medio.
La protesta comenzó a las 2 de la madrugada en el pabellón 3, donde se aloja a los internos con antecedentes más graves. Algunos optaron por la quema de colchones y otros interrumpieron el paso de los efectivos a ese sector del penal, que se transformó en tierra de nadie.
A través de teléfonos celulares organizaron a una veintena de familiares, quienes se agolparon en las puertas de la ex Alcaidía, sobre calle Maipú, para solicitar que se resguarde la integridad física de los internos. Al no recibir respuestas comenzaron a quemar neumáticos y a lanzar piedras, por lo que las autoridades penitenciarias solicitaron colaboración a la Unidad 21. Los uniformados de la rionegrina tuvieron que dispersar a los manifestantes, quienes destrozaron los vidrios de un móvil que se encontraba en el estacionamiento.
La tensa situación se mantuvo durante toda la madrugada y recién después de las 6 se abrió un canal de diálogo con los internos. Pasadas las 10, el fiscal Miguel Fernández Jahde y el subcomisario Chacón lograron acceder al pabellón. Allí acordaron que Guido Ferrada Cortés no sería trasladado.
Cerca del mediodía la situación ya estaba controlada y se inició una requisa en el complicado pabellón. Allí encontraron una importante cantidad de "facas" (cuchillos caseros) y un boquete que los reclusos habían hecho en una de las paredes, mediante el cual pretendían acceder a un patio interno para luego emprender la fuga.