NEUQUÉN (AN).- El oficialismo no logró evitar los coletazos de la sesión en la que el jueves a la noche aprobó en soledad -la oposición se había retirado- la emisión de los bonos por 200 millones de dólares. Pero el golpe más duro no lo dieron los diputados de la Concertación, Alternativa Neuquina o el MUN, sino los del propios integrantes del MPN, que calificaron como desprolija la forma en que se sancionó la ley, evidenciando sus diferencias con la conducción.
La vicegobernadora Ana Pechen, tras un cruce con el presidente de bloque, José Russo, ayer directamente no asistió a la última sesión ordinaria del año.
El presidente del bloque emepenista fue el punto de referencia de las críticas de la oposición y de los reproches internos. Reconoció que pudieron "haber pecado de ingenuidad" al acordar con las autoridades del resto de los bloques que los nuevos bonos se aprobarían entre el jueves a las 22 y el viernes a las 0:15 (ver aparte). "Esto es un juego de sinvergüenzas al que posiblemente no estemos acostumbrados. No teníamos ningún problema en hacer otra sesión, pero había sido consensuado tratarlo así", explicó.
Desde la oposición, Marcelo Inaudi (UCR) reiteró lo que había dicho cuando en la gestión anterior se aprobó la emisión de los bonos Tidepro y replicó que "si tienen la vaca atada, qué les hubiera costado discutir un poco más", en relación con la mayoría de 18 miembros con la que cuenta el oficialismo. "Usaron la misma metodología. Da la sensación de que las cosas no han cambiado y lo que sucedió ayer no lo vi ni en las peores épocas de Cacho Gutiérrez presidiendo la Legislatura", comparó el radical.
El debate ocurrió en la hora de otros asuntos, que se extendió a pesar de que la mayor parte del oficialismo no acompañó la decisión. Sí lo hizo Darío Mattio, y habilitó 30 minutos más de debate mientras sus compañeros de bancada abandonaban la sala (luego regresaron Rolando Figueroa y Silvia de Otaño).
Mattio afirmó que la sanción de la ley para emitir los nuevos bonos "fue absolutamente desprolija". "Hay temas y leyes con los que hay que agotar el debate, porque trabajamos desde el consenso y respetando todas las opiniones".
Pechen no asistió a la sesión y su disgusto fue un secreto a voces en los pasillos de la Legislatura. No estuvo de acuerdo con la decisión de apurar el debate, que generó el espacio para que la oposición se retirara del recinto y le adjudicara, como otras veces, una actitud autoritaria al oficialismo. Los cruces del oficialismo habrían llegado incluso al gobernador, a quien Pechen le habría pedido su intervención para encaminar a un bloque que en la mitad de la gestión se pierde entre las aspiraciones de los grupos internos.