Viernes 11 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 39 > Deportes
Zurdazos y a cobrar
De pelota parada, Buonanotte y Abelairas fueron los verdugos de Racing.

Lejos de la pelea por los primeros puestos, River y Racing jugaban una nueva edición del clásico más antiguo del fútbol argentino, ponían en juego el honor y también importantes puntos en la tabla de abajo. Lo cierto es que en una semana de renovaciones, el Millo se anotó una victoria clave, por 2-0.

La Academia venía de ganar dos partidos al hilo, algo que le había costado horrores conseguir en los últimos años, mientras que River había perdido con Vélez en la fecha anterior y comenzaba a transitar las primeras horas de la gestión de Daniel Passarella.

Racing padeció la buena pegada de Diego Buonanotte y Matías Abelairas y sólo por eso se retiró al descanso dos goles abajo, en una ventaja que sonó a mucha injusticia.

Es que el trámite fue casi siempre parejo y mal jugado, en una campo de juego en muy malas condiciones (después del recital de AC/DC), y en ciertos lapsos fue mejor Racing, sobre todo cuando manejó los hilos JC Falcón, y aparecieron con habilidad y desequilibrio Grazzini y Lugüercio.

A los 4 la primera clara fue de la visita con un cabezazo de pique al suelo de Yacob que controló bien Vega, y a los 23 Falcón y Grazzini combinaron, el Payaso Lugüercio desbordó y el frentazo de Lucero activó los reflejos del ´1´ de Cutral Co. El equipo de Vivas se mostraba más compacto y con alternativas, pero a los 25 dejó un hueco en la defensa, Buonanotte metió un pase bárbaro y el arquero De Olivera detuvo con el rostro un bombazo de Bou, que llegó mano a mano.

Cinco minutos después Buonanotte ejecutó un tiro libre de lejos, Lucero puso la mano infantilmente y el penal lo cambió por gol el talentoso Enano.

Las malas noticias no terminarían ahí porque su mala fortuna se profundizó a los 40, cuando Abelairas frotó su botín izquierdo y clavó en uno de los ángulos un perfecto tiro libre.

En el inicio del segundo tiempo el partido no fue demasiado diferente. Racing ganó terreno, se paró en campo ajeno pero Vega casi siempre fue un espectador de lujo. Al dueño de casa le alcanzó con marcar bien a los mejores hombres de la visita y con darle el balón de Buonanotte.

El enganche, anoche transformado en un buen mediapunta, siempre eligió las mejores opciones a la hora de entregar el balón pero al faltar Ariel Ortega (suspendido por cinco amarillas) pocas veces halló un socio.

A los 8 del complemento, la Academia llegó con un disparo de media distancia de Lucero y después no volvió a inquietar a la defensa millonaria hasta los últimos instantes del partido.

River no hizo mucho más que su clásico rival, pero así y todo tuvo el tercer gol a los 27 por partida doble: primero Bou desbordó y no fue gol por una salvada provindencial de la defensa académica; unos segundos después volvió a escaparse Bou y su disparo puso en acción a De Olivera.

Los últimos 10 minutos fueron de lucimiento pleno de Vega. El arquero zonal primero le sacó un disparo a quemarropa a Steinert a los 36 y dos minutos después el paraguayo se comió un gol increíble cuando Lugüercio lo dejó solo y la tiró por arriba.

Vega tapó otra pelota bárbara a Pablo Caballero en el final y el Millo festejó en el clásico.

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