Jueves 10 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 5 > Nacionales
La casa de Diana Oesterheld

La Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán ordenó después de cinco años el desalojo de una casa ocupada por presuntos represores y su devolución a sus antiguos dueños, quienes fueron secuestrados durante la última dictadura y de los que sólo hay un sobreviviente, que en su momento era un niño.

Se trata de Diana Oesterheld, Raúl Araldi y el pequeño Fernando, nieto del autor de El Eternauta, Héctor Oesterheld.

Los represores se quedaron con su casa y vivieron en ella durante 33 años. Hasta que finalmente, hace algunas semanas, la Justicia le ordenó a la mujer policía-usurpadora deshabitar la vivienda. Un tribunal la juzgará ahora por un robo que calificó como delito de lesa humanidad, según se conoció ayer.

La agente de la Policía de Tucumán, María Elena Guerra, quedó procesada por usurpación y estará sentada junto a Albornoz y al ex jerarca Antonio Bussi cuando el 13 de febrero próximo se inicie el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en la Jefatura de Policía tucumana.

En 1975, Raúl Araldi y Diana Oesterheld tuvieron a Fernando y se mudaron de Buenos Aires a la ciudad de Tucumán. En marzo de 1976, la cúpula militar acababa con el Gobierno de Isabel Perón y el autor de El Eternauta, Héctor Oesterheld, se sumaba a la guerrilla peronista Montoneros, en la que también militaban sus cuatro hijas y Araldi, según diversos relatos.

Días más tarde, la dictadura secuestró a ellos dos y a Raúl Araldi.

El niño, de un año, fue dejado en un hospital de Buenos Aires y tiempo después, sus abuelos paternos lo recuperaron.

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