La Corte Suprema de Justicia de la Nación emitió otro fallo en favor de la pluralidad sindical, definiendo de esta manera lo que no respetan ni el poder político ni el gremial oficialista, pese a las resoluciones provenientes incluso de organismos internacionales.
La sociedad de la CGT, adscripta al peronismo y defensora del unicato gremial, y del Gobierno kirchnerista, es hoy el principal escollo que impide concretar ese principio.
"El unicato no se negocia", había dicho el dirigente de la UOM Juan Belén, secretario adjunto de la CGT, cuando dijo que la "zurda loca" estaba protagonizando los conflictos en el subte.
Pero además la sentencia de la Corte se dictó diez días después de que el jefe de la CGT, Hugo Moyano, encabezara una movilización de los empleados judiciales por reclamos salariales, y que -veladamente- se interpretó como un mensaje directo al máximo tribunal frente a los fallos que analizaba por la libertad gremial.
El caso más emblemático es el de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA), que logró el aval de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) pero no consigue la personería de parte del Gobierno, pese a que agrupa a un importante número de entidades.
La CTA -de fuerte arraigo en el sector estatal, sobre todo el docente- fue aliada al principio por el kirchnerismo pero en los últimos años el gobierno se unió con fuerza a la CGT por fuertes intereses comunes.