Hace dos jornadas, en 20 minutos Gastón Aguirre le convirtió dos goles a Boca. El defensor fue el héroe en el Bajo Flores aquella tarde.
Pero, en el mismo escenario y en el mismo arco de sus dos gritos al xeneize, ayer ante Lanús, el zaguero marcó un insólito gol en contra para que San Lorenzo se despida definitivamente de su deseo de ingresar a la Libertadores. Por el contrario, si el granate saca un punto en la última fecha ante Independiente, mandaría al repechaje a Colón e ingresaría directamente a la Copa.
San Lorenzo fue el único equipo que buscó la victoria desde el comienzo, pero su gran Talón de Aquiles fue la ausencia de un hombre capaz de traducir en gol esa supremacía. Lanús se llevó del Bajo Flores un premio excesivo.
Especuló, aguantó con orden la presión que le impuso el rival y sin tener una chance clara durante los 90´, consiguió gracias a Aguirre el tanto del triunfo.
La explicación del 0 a 0 con que terminaron los primeros 45´ es una sola: le faltó un delantero del área, que fuera al grano y supiera meter la pelota adentro del arco. El equipo dirigido por Diego Simeone tuvo todo a su favor: la pelota, el campo, la claridad y las chances. Un cabezazo de Gómez (a los 8´) que dio en el travesaño, otro remate del ´Papu´ que se fue cerca del palo derecho, y un tiro del ´Kily´ González que desvió Marchesín.
El ST fue un calco, aunque a San Lorenzo le faltó un poco de la tranquilidad y claridad que tuvo antes. El partido parecía irse remediablemente al empate, hasta que a los 37´ Biglieri se fue por derecha, tiró un centro, Bottinelli pifió el balón y descolocó a Migliore, y la pelota cayó a los pies de Aguirre. Pero el defensor hizo lo que nadie hubiese imaginado, se acomodó y remató contra su propio arco.
Fue demasiado, San Lorenzo sintió el golpe y a pesar de que buscó denodadamente el empate, chocó una y otra vez con un Lanús que, sin esperarlo, se llevó lo que vino a buscar.