Lunes 07 de Diciembre de 2009 Edicion impresa pag. 19 > Internacionales
Hace un año casi hubo una guerra civil

LA PAZ.- Filas ordenadas con miles de personas en los centros de votación son una muestra de la tranquilidad del proceso electoral boliviano, en un panorama totalmente opuesto al que vivía Bolivia hace un año, cuando la polarización política puso al país al borde de una guerra civil.

"La participación de la gente es ordenada y la votación es tranquila", gráficó María Vallejos, presidenta de una mesa de votación en la zona central de la ciudad de La Paz, habitada principalmente por personas de la clase media.

El panorama en los centros de votación en La Paz, sede de Gobierno y de unos 600.000 habitantes, fue similar en todo el país, algo excepciones en un país con larga tradición de confrontación y que en sus 184 años de historia republicana registró más de 200 golpes civiles y militares. Sólo los dos ataques políticos en la última semana por parte del gobierno contra el derechista Manfred Reyes Villa, principal candidato opositor, marcaron la agenda electoral.

Hace 15 meses los conflictos entre el gobierno del presidente Morales y la oposición de derecha, anclada principalmente en cuatro de las nueve regiones del país, desencadenó violentas protestas. Septiembre de 2008 fue la cúspide de los conflictos: tomas violentas de oficinas públicas y aeropuertos domésticos, decenas de cortes de ruta y hasta voladuras con explosivos de ductos de gas fueron el pan diario.

Las protestas fueron empujadas por líderes políticos y cívicos de los departamentos de Santa Cruz (la más rica de Bolivia), Beni, Pando y Tarija (región gasífera) que demandaba autonomía y rechazaba el modelo presidencial de corte indígena y estatista. A partir de allí el viento ha corrido en favor del mandatario, con una oposición que se fue diluyendo o fragmentando. (AFP)

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