SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La escollera del puerto San Carlos, uno de los paseos preferidos por residentes y turistas, volvió a ser clausurada al destruirse uno de los pontones y desplazarse varias placas que cubren otros. "Esto es muy peligroso y por ello tenemos orden de cerrar su acceso", explicaron desde Prefectura Naval, fuerza que custodia el embarcadero.
Las roturas ocurrieron hace algunos días, en jornadas de fuertes vientos y grandes olas. Una decena de placas de hormigón fueron desplazadas hacia el sur por la naturaleza y uno de los pontones fue literalmente destruido. El hueco en la escollera constituye un peligro y por ello el paseo se clausuró.
El deterioro del puerto San Carlos es histórico. No es la primera vez que la escollera es clausurada.
La primera vez lo dispuso la secretaría de Obras y Servicios Públicos del municipio, en agosto del 2006, por considerarla insegura. Las reparaciones no se realizaron y por ello, en enero del 2007, se convocó a Prefectura para que coloque una valla y personal de seguridad. Pasaron varios meses hasta que la empresa concesionaria, Emprendimientos Bariloche, realizó las obras de reparación.
La escollera mide unos 250 metros de largo por 3 de ancho y tiene una baranda de seguridad, que en su mayoría luce en precario estado. No obstante, en días calmos, el lugar era recorrido por centenares de personas.
En la dársena oeste ya hubo sucesos fatales. El 9 de febrero de 2005 apareció flotando el cuerpo de Jorge Pilquimán, de 24 años. No pudo probarse si hubo un accidente o un suicidio, pero el estado de la dársena presentaba el alambre perimetral caído y no había defensa que separara al desprevenido peatón del peligro.
El puerto luce en la actualidad sucio, abandonado y las medidas de seguridad brillan por su ausencia. También luce abandonado el local donde hace un año funcionó la magnífica confitería y restaurante Trentis. Un reflejo más de una concesión que nunca cumplió su cometido y que el municipio mantiene a lo largo de más de 20 años.