NEUQUÉN (AN).- Dora y Silvia, madre e hija, no pueden acercarse en una noche de insomnio porque los fantasmas se lo impiden. Sobre todo por el dolor y la ausencia de Anush, la otra hija de Dora, desaparecida durante la última dictadura militar. Integrantes de una familia de descendencia armenia, a estas mujeres la historia las atraviesa, las golpea. Por un lado, el genocidio que padecieron sus antepasados en manos de los turcos y, ya en Argentina, la dictadura que les arrancó a Anush.
Pero en esa misma historia, está la Metzma, la abuela armenia que con sus relatos tendió un puente -acaso el único posible- que aún hoy las acerca con su recuerdo, llevándolas de la mano a través de su propio desierto desde el genocidio armenio, hasta una tragedia más próxima, a la que Dora y Silvia sobreviven como pueden.
La autora de la obra teatral "Un mismo árbol verde", Claudia Piñeiro, enlaza uno y otro genocidio a partir de los relatos de su amiga Luisa Hairabedian, ya fallecida, abogada co-patrocinante en el Juicio por la Verdad sobre el genocidio del pueblo armenio. Luisa le contaba a la autora de "Las viudas de los jueves" los relatos de su abuela sobre los acontecimientos trágicos por los que había pasado ella y su familia durante la deportación ordenada por los gobernantes turcos entre los años 1915 y 1923.
Protagonizada por Marta Bianchi (Dora) y Noemí Frenkel (Silvia), y dirigida por Manuel Iedvabni, la obra subirá a escena del Casino Magic mañana, a las 21:30, de la mano del Consejo Nacional Armenio, la Fundación Luisa Hairabedian y el Instituto Nacional del Teatro. El valor de la entrada es una caja de leche en polvo y podrán retiradas en la Cooperativa Calf (Mitre 609) o en Tarjeta Naranja (Alcorta 153). Lo recolectado será destinado a los comedores del oeste de la capital neuquina.
"Un mismo?" constituye una nueva y necesaria aproximación al primer genocidio del siglo XX, cometido por el estado turco y muestra su paralelismo con el horror, el vivido por los argentinos bajo la dictadura militar de 1976.
Habla sobre el derecho a la verdad y a la justicia, mediante el testimonio de lo ocurrido y la valoración de los afectos. Y constituye, a la vez, un alerta respecto de la intolerancia y el odio, abriendo un camino a la reconciliación.
"El nudo dramático es la búsqueda de una hija del amor de su madre. Tiene un nivel poético muy maravilloso y la inteligencia de la autora de juntar estos dos genocidios, opera no solo a través de sensibilizar desde lo emocional, sino que funciona como alerta, estimulando a la reflexión acerca del peligro del sentimiento discriminatorio hacia lo diferente", dijo al teléfono desde Buenos Aires Marta Bianchi.
La actriz explicó que la trama se desarrolla en una noche de desvelo, cuando madre e hija están cada una en su ámbito, su propio fantasma y sus realidades: "La madre esta rumiando el dolor de su hija desaparecida que cumpliría años y cargando la mochila que quedó de su madre, sobreviviente del genocidio armenio.
Por otro lado está su hija que a al mañana siguiente presentará ante la justicia argentina una demanda por el derecho a la verdad".